La plantilla de Huracán se encuentra «muy hundida y quemada» después de la retirada de dos puntos en la clasificación por parte de la RFEF tras el impago de tres de los últimos arbitrajes. Un castigo que coloca al club valenciano al borde del precipicio ya que en caso de que no se abone el importe de un cuarto arbitraje, supuesto que ya ocurrió la pasada jornada ante el Villarreal B y cuyo pago todavía no se ha acreditado, el club podría ser directamente expulsado de la competición y descendido de categoría.

Una posibilidad que ha debilitado más a una plantilla y cuerpo técnico ya de por sí suficientemente castigados sin percibir su sueldo. La sanción clasificatoria, que deja a Huracán en mitad tabla del tercer grupo de Segunda división B, no se comprende en el seno del equipo. «No es de recibo que se nos quite a nosotros, al equipo, lo que hemos conseguido con el fruto de nuestro esfuerzo y más con la dificultad añadida de que llevamos cuatro meses sin cobrar», aseguraba ayer uno de los jugadores a Levante-EMV.

De momento, la plantilla de Huracán espera poder viajar en condiciones a Lleida este fin de semana, donde tienen partido mañana domingo a las 12: «Se nos ha dicho que tendremos un autobús de ida y vuelta y que haremos noche en Lleida», aseguraba esta misma fuente.

El primer equipo ha intentado hasta el momento que la crisis financiera del club no afectase al terreno deportivo, ya que se mantenía la esperanza de que una buena posición clasificatoria fuese un factor goloso para atraer a un hipotético inversor. Con todo, los futbolistas están a la expectativa de ver cómo evoluciona la situación y si los responsables —«a quienes no vemos»— revierten a corto plazo la situación. Los jugadores se sienten expuestos e indefensos y no descartan, a partir de la próxima semana, reunirse para decidir si es conveniente realizar algún tipo de protesta. La posibilidad de abandonar la entidad en el próximo mercado de invierno es complicada ya que los jugadores no están dispuestos a perdonar una parte de lo que se les debe, como les habría sugerido el club.