El Ayuntamiento de Vila-real comenzará a trabajar en el año 2016 en la redacción de un Plan Estratégico de la ciudad que vaya más allá de las actuaciones previstas para la legislatura y en el que el equipo de gobierno prevé contar con la participación de todos los partidos con representación en el consistorio y con agentes sociales del municipio.
El objetivo es, en palabras del alcalde, José Benlloch, «definir el Vila-real que queremos para el futuro». Benlloch consideró, en declaraciones a Levante de Castelló, que tanto en la anterior legislatura como en la actual se ha realizado un trabajo previo que permitirá que las conversaciones y los debates no partan de cero.
Así, en 2016 será el momento de «poner en común todo el trabajo que tenemos avanzado e iniciar un proceso de participación para elaborar el Plan Estratégico». Para el alcalde, en esas conversaciones «será muy útil el trabajo que se está haciendo en la mesa de trabajo de los fondos Feder», que esta semana también se ha reunido de cara a concretar qué proyectos presenta Vila-real en la primera convocatoria, que acaba en las próximas semanas.
Otra de las cuestiones que el equipo de gobierno quiere que estén presentes en ese proceso de participación ciudadana que ponga las bases del Vila-real de la década de 2020 es la hoja de ruta para convertir a la ciudad en una Smart City o ciudad inteligente. En marzo de este mismo año se presentaron 50 medidas concretas para que el municipio avanzara en ese horizonte, que se englobaban en cinco áreas de actuación: movilidad, servicios públicos, sostenibilidad energética, proximidad y participación, y salud y deportes.
Benlloch también destacó que el hecho de que Vila-real se haya convertido en los últimos años en un «referente de la participación ciudadana» también ha permitido recopilar mucha información sobre las «necesidades y preferencias de la ciudadanía», y todo este material formará parte de las discusiones.
La redacción de un Plan Estratégico para Vila-real fue una propuesta del grupo municipal de Ciutadans que, una vez llevada al pleno municipal en el pasado mes de septiembre, fue aprobada por los cuatro grupos con representación en el ayuntamiento. Entonces, la concejala de la formación naranja, Ana Riera, afirmó que el objetivo tenía que ser la creación de «un marco general a medio y largo plazo desde el que podamos detectar las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades de Vila-real y actuar en consecuencia», fijando un periodo de acción hasta el 2020.
Asimismo, la medida fue planteada como un revulsivo para que los vecinos «conozcan de primera mano en qué consiste el trabajo de los políticos y recuperen, de esta manera, la confianza en la política», así como facilitar la tarea a los grupos de la oposición, que de esta manera tendrían más elementos para vigilar al equipo de gobierno.
Precisamente, en esta idea de trabajo conjunto entre los grupos del equipo de gobierno y de la oposición también va la aceptación, por parte del PSPV y Compromís, de que tanto PP como Ciutadans participen en la mesa de trabajo de los fondos Feder.
