Los vecinos ya se han acostumbrado a su aspecto y a sortear obstáculos, pero a más de uno le gustaría saber quién fue el responsable de tal desaguisado. El tramo del camino de la Plan que enlaza la plaza Teodoro Izquierdo con el cruce de las avenidas Capuchinos y Rosa María Molás es digno de los manuales del despropósito urbanístico.
El paseo, rodeado a ambos flancos por dos calles con bastante tráfico, tiene 'plantadas' en su zona central una serie de farolas que obliga a los peatones a tener que sortearlas continuamente. Vamos, que caminar en línea recta es materialmente imposible. Imagínense además a personas con movilidad reducida, en silla de ruedas o personas mayores con dificultad para caminar.
El problema no es sólo por las farolas clavadas en medio del paseo, sino el estar acompañadas por palmeras de grueso tronco, decenas de ellas, que estrechan más si cabe el espacio para caminar. Estamos hablando de un punto de la ciudad donde se encuentra un colegio, varios comercios y la sede provincial del Partido Popular.
Como contraste, nada más acabar ese punto negro, nos asomamos a la zona del Primer Molí, un espacio abierto en el que se encuentra zonas verdes e instalaciones deportivas que son aprovechadas a diario por los vecinos y los escolares, uno de los puntos más valorados por los residentes del barrio.
