«En un pla rodejat de muntanyes», de esta manera tan gráfica describe el himno de la Vall d'Uixó esta ciudad que precisamente tiene en su extensión y su ubicación geográfica su principal singularidad, casi 68 kilómetros cuadrados de término municipal donde cada rincón, ya sea en la montaña o en el llano, tiene su nombre, aunque la mayoría de sus vecinos desconozcan gran parte de esa toponimia que para uno de ellos, Josep Font, es clave para que no se pierda una buena parte de su historia.

Font es un filólogo jubilado enamorado de su ciudad. Tanto es así que durante dos años dedicó buena parte de su tiempo a recorrer cada rincón del término municipal con un único objetivo: conocer todos y cada uno de los nombres que identifican barrancos, collados, picos, laderas, caminos, partidas, fuentes... Porque Font está convencido de que «cuando conoces el nombre de un lugar es cuando lo ves realmente», ya que no es lo mismo llegar a la Vall y ver una sucesión de montañas con algún referente sobradamente conocido por todos, como el pico de Pipa, que saber que «junto a la montaña Corral Blanc, hay otra muy pequeña, que la mayor parte de la gente ni aprecia, que se llama la Muntanyeta de les tres llebretes», pero que una vez se conoce su nombre, ya no se vuelve a ignorar su existencia.

Esa es la esencia de su trabajo, que recientemente ha publicado la Acadèmia Valenciana de la Llengua en una recopilación que incluye tres mapas, uno de hidrografía (barrancos, acequias, etc), otro de orografía (montañas) y un tercero sobre presencia humana (casas singulares, ermitas, caminos?), donde se recogen unos 200 topónimos de los 500 que Font fue capaz de identificar durante su estudio.

Posiblemente su investigación tiene un valor añadido incalculable. Para poder desarrollarla no solo dedicó mucho tiempo, sino que compartió muchos paseos y rutas a lo largo y ancho del término municipal con muchas personas, especialmente tres vecinos que él mismo califica como «verdaderos expertos» por lo que a la toponimia de la Vall d'Uixó se refiere. Antonio Fenollosa Correa, Manolo Marín El Chulo (ya fallecidos) y Pepe Aledón Ripa, los tres aficionados a la caza, le ayudaron a identificar «punto por punto, montaña por montaña, rincones y barrancos, lo pisamos todo marcando con un GPS cada zona». Pero aunque tuvo a estos tres colaboradores principales, Josep Font asegura que llegó a consultar a un centenar de personas, todo con el mismo objetivo, que no se perdiera ningún nombre.

Porque esa es su triste premonición. Font tiene la certeza de que la toponimia de la Vall d'Uixó se perderá con el tiempo, a pesar de trabajos como el suyo que, como insiste en señalar, solo recoge por limitaciones de espacio 200 de los 500 topónimos que pudo identificar. Está convencido de que aunque pueda parecer que en la actualidad no existe un interés práctico, aunque sigue teniéndolo para muchas personas, las más mayores, sí que tiene un indiscutible valor cultural e histórico, porque cada nombre tiene un sentido que se pierde si se ignora.