Con un once de circunstancias, con cuatro jugadores con ficha en el filial de titulares y con un 3-2 en contra, el Villarreal CF impuso su ley en El Madrigal sobre el SD Huesca y se clasificó para octavos de final de la Copa del Rey. El equipo que dirige Marcelino García Toral fue poseedor del dominio del balón y, aunque le faltó profundidad, aprovechó los dos goles de Trigueros y Soldado para estar en el sorteo de hoy.

Empezó el submarino controlando el esférico, pero pronto el Huesca comenzó a jugarle de tú a tú. Dos robos consecutivos del equipo de Anquela hicieron replantearse el partido a los amarillos porque no podía ser que los visitantes llegaran con tanta facilidad al área rival y presionaran tanto desde el centro del campo.

Así que los de Marcelino se pusieron el mono de trabajo y empezaron a apretar, probando suerte primero con una serie de tímidos lanzamientos a puerta de Nahuel y Trigueros que el portero Whalley desbarató sin demasiados problemas. Eran los avisos de lo que llegaría mediada la primera parte: el primer tanto del Villarreal.

El gol llegó con incertidumbre. Mucha incertidumbre. Tras un primer remate de cabeza fallido por parte de Castillejo y una dudosa caída de Bakambu en el área por la que reclamaron penalti, la defensa del Huesca despejó como pudo el balón y este le cayó a Trigueros, quien no se lo pensó, lo enganchó en el aire y, ayudado por la pierna de un rival, acabó sorprendiendo al meta Whalley.

Lo había intentado previamente hasta en dos ocasiones el centrocampista de Talavera de la Reina y a la tercera fue la vencida, permitiendo a los suyos darle la vuelta a la eliminatoria y estar momentáneamente clasificados para la siguiente ronda.

El tanto dio tranquilidad al Villarreal, que ya había roto la defensa de cinco con la que Anquela salió a El Madrigal para amarrar el 3-2 de la ida. Tras el gol inaugural, hubo alguna que otra ocasión más para ambos equipos pero el marcador no se volvió a mover antes del descanso.

Como la primera parte había surtido efecto, Marcelino mantuvo a los mismos once jugadores en la segunda parte. No había que confiarse en exceso porque el partido podía cambiar por cualquier error, de ahí que el técnico asturiano pidiera la misma seriedad que habían demostrado los suyos en el primer tiempo.

Más o menos el partido se fue desarrollando tal y como se esperaba, con superioridad del Villarreal y un Huesca buscando sus ocasiones cuando podía. Nahuel volvió a ser el primero en tantear tras el descanso a los oscenses, pero su lanzamiento lo despejó el portero. Instantes después lo intentaba Samu García, pero de nuevo Whalley conseguía despejar el lanzamiento con una buena parada. La balanza la equilibraron Tyronne con un chut que despejó Pablo Íñiguez y otro de Aythami que se marchó fuera.

Soldado coge las riendas

Para buscar el segundo tanto Marcelino dio entrada al campo a Soldado y dio descanso a Bakambu, quien había jugado con molestias en la rodilla. La primera bola que tocó fue un pase a Samu García que este falló. Después llegaría un penalti cometido por Morillas sobre Nahuel que el delantero valenciano enviaría al travesaño cuando la grada ya cantaba el gol.

Era el minuto 61 y quedaba mucho por delante. Y Soldado no estaba dispuesto a quedarse con ese mal sabor de boca. Había sido el gran protagonista en el partido de Liga contra el Real Madrid y quería volver a ser decisivo en la eliminatoria copera. Así, un nuevo lanzamiento a las manos del portero del Huesca precedería al segundo y definitivo gol del Villarreal.

Y, como no podía ser de otra forma, sería Soldado el encargado de marcarlo en una jugada en la que aprovechó un pase de Trigueros para batir al portero visitante cuando los jugadores del Huesca reclamaban fuera de juego. El árbitro no hizo caso y lo dio por válido, dejando el partido visto para sentencia (un definitivo 4-3 en la eliminatoria).

El Villarreal había cumplido y dejó pasar los minutos finales con la tranquilidad que daba haber adquirido la suficiente ventaja para que el Huesca bajara los brazos y se llegara al 90 sin contratiempos.