Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Del 'Palau de la Festa' al solar de la decadencia

El inmueble, enmarcado entre la Ronda Este, la avenida Chatellerault y la calle Río Sella, costó 7 millones de euros y ha sido la última gran obra en la capital de la Plana

Del 'Palau de la Festa' al solar de la decadencia

La expansión de la ciudad de Castelló en los años previos a la crisis miraba hacia el este y el sur, con grandes proyectos que debían revestir la ciudad de edificios singulares y densos programas urbanísticos que preveían miles de viviendas que se ocuparían en cuestión de meses. El batacazo económico en el que se sumergió medio planeta, con especial incidencia en España y en una Comunitat Valenciana símbolo de la burbuja inmobiliaria, han provocado claros contrastes al encontrarnos con proyectos que sí lograron sobrevivir con otros que han quedado en el olvido.

Sensal, en la cara sureste de la capital de la Plana, es un ejemplo claro de este urbanismo que ha parido la crisis: edificios espectaculares en medio de la nada, una nada que debía estar ocupada por ampliar áreas residenciales,dotaciones deportivas y zonas verdes espectaculares -el ya denostado Parque de los Niños- que son hoy mero recuerdo de hemeroteca.

El Palau de la Festa, entre la Ronda Este, la calle Río Sella y la avenida Chatellerault, es un llamativo edificio multicolor que sorprende sin duda al conductor que pasa por primera vez por la circunvalación. Inaugurado en marzo de 2011, costó más de 7 millones de euros, una cantidad excesiva para muchos, necesaria para otros. Se diseñó como sustituto de la ya decadente Pérgola del parque Ribalta para los eventos vinculados a las fiestas de la Magdalena, pero está abierto a cualquier clase de actividad para darle contenido más allá de las presentaciones de las gaiatas. De hecho, ha sido sede de oposiciones, conciertos, asambleas de entidades bancarias o muestras culturales. Sus 6.200 paneles cerámicos son, sin duda, su gran marca.

Junto al Palau de la Festa, los corredores que hacen deporte por la ronda se encuentran de bruces con la realidad de solares abandonados, antiguas masías decadentes, en ruinas, que simbolizan el futuro incierto que tiene un suelo urbanizable que roza la insalubridad por el poco mimo de sus propietarios por adecentarlos.

Compartir el artículo

stats