El rehabilitado Pabellón Municipal de Peñíscola cumplirá este mes un año de actividad en la máxima categoría del fútbol sala español. Construcción talismán, a la que se le atribuye un poder mágico, capaz de dar suerte. Así fue como el Peñíscola RehabMedic percibió la energía de la rehabilitada instalación deportiva, que abrió sus puertas el pasado 10 de enero de 2015, con la visita de Inter Movistar.

Los madrileños, imbatidos hasta entonces, actuaron como visitantes contra un mermado conjunto castellonense que contaba, por aquel entonces, con bajas importantes como las de David Asensio, Charly Maza o Carlos Anós.Pese a todo, los hombres de Carlos Sánchez se contagiaron de una repleta grada que no dejó un solo asiento libre, creando un ambiente mágico.

Solo quien cree en sus posibilidades es capaz de lograr escalar la montaña más alta. Pues aquel 10 de enero, el Peñíscola FS y todo un pueblo, creyó para lograr convertirse en el matagigantes de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS).

Hasta el mes de mayo, el final de la competición regular, los peñiscolanos consiguieron un balance positivo de 17 sobre 24 puntos, con El Pozo Murcia como el primer conjunto en cortar el precinto de imbatibilidad de los locales. Con ese registro, la entidad que preside Juan Vizcarro logró clasificarse para los play-offs por el título por primera vez, un hito histórico al tratarse de la ciudad más pequeña en conseguirlo, con poco más de 8.000 habitantes.

En la nueva temporada, y pese a que los resultados no han sido del todo favorables, el Peñíscola siempre ha sentido, en todo momento, el aliento de los suyos. El deseo para este nuevo año es, sin duda, revertir la racha y devolver al Municipal de Peñíscola la sonrisa mágica e ilusionante de este año que dejamos atrás para repetir el sueño de clasificarse entre las ocho mejores plantillas.