Yeray Hernández, jugador del Peñíscola FS, en el día previo a la visita del Movistar Inter, recordaba con alegría el 10 de enero del que pasado año. Su primer gol con la zamarra azul del Peñíscola fue contra los madrileños, y supuso el broche de oro al triunfal estreno de la instalación deportiva de Peñíscola.

El futbolista del equipo del Baix Maestrat quiso hacer memoria de aquella fecha que, tal y como aseguraba, «será recordada por todos, siempre. Recuerdo la jugada decisiva perfectamente, los nervios que sentí y luego, al ver entrar el balón, la alegría. Estalló el Pabellón, con las gradas abarrotadas. Fue increíble». Esa jugada, ese gol, fue el primero del ala-cierre vasco con la camiseta del club castellonense. Menudo debut. Con 1-1 en el marcador, Jesús Velasco decidió apostar por portero-jugador. Ante eso, se impuso la defensa peñiscolana, y en un robo Yeray consiguió elevar el balón con sutileza para superar al portero, desde su campo, y establecer un 2-1 que, a la postre, sería definitivo.

Con el pitido final, llegó el éxtasis a la grada. El Peñíscola RehabMedic, el equipo con menos presupuesto de toda la Primera División, acababa de vencer al líder e imbatido Inter Movistar, semanas después de ser portada en todos los medios nacionales al hacer lo propio con el FC Barcelona. Uno de los protagonistas, Yeray, transmitió sus sensaciones al revivir ese mágico instante. «Fue un día que quedará marcado en el corazón de cada persona presente en el Municipal de Peñíscola. A nivel personal, jamás olvidaré la sensación de pasar de los nervios a la alegría más absoluta y sincera. El destino y la casualidad quisieron que mi primer gol con esta camiseta fuera ese, y no puedo estar más orgulloso».

El jugador vasco reconoce que no puede evitar emocionarse al recordar ese momento, una victoria que se produjo en el estreno del rehabilitado Pabellón Municipal de Peñíscola, con más de 1000 personas en la grada. «Sin duda, sumar los tres puntos contra el Inter fue la guinda del pastel a un día inolvidable, con miles de aficionados eufóricos y felices».