«Los espejos se emplean para verse la cara; el arte, para verse el alma». La cita de George Bernard Shaw preside con letras de oro la filosofía de Amart, una asociación de movimiento artístico en su expresión más amplia que lleva cinco años esforzándose en promover la cultura y el arte en todas sus vertientes. Pintores, escultores, ensayistas, escritores, actores, diseñadores, músicos... La lista puede ser interminable porque ése es el deseo del medio centenar de socios que tiene un colectivo totalmente altruista, solidario como pocos, que tiene las puertas abiertas para seguir creciendo.
Mónica Calvo Herrero fue la impulsora de la entidad hace un lustro junto a David Vela, Rafael Pérez o Francisco Moreno. Hoy las riendas las lleva Emilia Marco como presidenta, a quien acompañan en la junta directiva Maribel Gozalbo, Raquel Pons, María Ángeles Fernández, Lidón Navarro o Ana Parejo, entre otros.
Emilia Marco insiste en que el objetivo principal de Amart es «promocionar el arte desde todos los prismas, no en vano casi todos los artistas que estamos en la asociación mostramos varias facetas, pues el que es pintor es poeta, el que es fotógrafo es artesano...» La idea es, como apunta Emilia, «nutrirnos unos de otros, cultivarnos y seguir creciendo como personas y como artistas».
Amart no tiene local propio aunque dispone de espacio en la sede de la asociación de vecinos Blasco Ibáñez. Es allí donde suelen reunirse dos veces al mes para habar de proyectos en común. «Programamos muchas tertulias literarias y los últimos jueves de cada mes ponemos en marcha recitales poéticos y talleres literarios en Argot y Babel», recuerda la presidenta, quien avanza para el año que viene proyectos como tomar parte con una obra de teatro en «Castelló a escena». Salir al escenario no es nada nuevo para el colectivo ya que, a través de Escenamart -rama creada en el seno de la asociación- hace un par de años estrenaron una obra en el Teatro Principal cuyos ingresos fueron a una entidad solidaria.
Emilia Marco, que anima a más castellonenses con inquietudes artísticas a sumarse a Amart, está convencida de que en Castelló hay «mucho espacio para la cultura y mucha gente interesada», pero considera que el principal problema de la ciudad es «la falta de repercusión; es necesario más promoción, más interés en hacer llegar a los ciudadanos que Castelló tiene mucha cultura que ofrecer», asevera la presidenta de Amart, una entidad que defiende el «respeto» y la «libertad» por encima de todo, una asociación aconfensional y apolítica que regala «sonrisas, emociones, lágrimas, emociones y sensaciones».
