El sector turístico de Castelló ha cumplido con creces las previsiones para este puente de Fin de Año. El interior de la provincia se ha llevado la palma al registrar una ocupación hotelera del 100 por ciento desde el 31 de diciembre hasta ayer, mientras la costa ha logrado llenar el 95 por ciento de las plazas disponibles en esta época. La mayoría de turistas ha optado por visitar pueblos del interior, donde la gastronomía, el paisaje y el patrimonio cultural son los principales reclamos. De esta manera, hoteles, casas rurales e, incluso, viviendas de alquiler se han llenado en estos últimos cuatro días. «Ha sido extraordinario, el mejor Fin de Año desde hacía tiempo», aseguró ayer el experto en turismo Eduardo Ferreres. En municipios como Sant Mateu, en la comarca del Baix Maestrat, «durante las campanadas de Nochevieja la plaza estaba abarrotada, cuando otros años apenas había cuatro jóvenes», destacó. A su juicio, los visitantes del interior de la provincia se van satisfechos con la experiencia, ya que encuentran casas rurales «de gran calidad» y «se ha avanzado mucho en la promoción de la cultura y el patrimonio».

No obstante, el calendario ha contribuido en gran medida a aumentar las cifras turísticas en este puente. La Nochevieja cayó en jueves, por lo que muchos pudieron hacer puentey viajar. Esto ha propiciado la llegada de visitantes de provincias más lejanas, cuando habitualmente en estas fechas el turista suele ser autóctono. En este puente Castelló ha recibido visitantes de Murcia, Almería, Barcelona y Albacete y se ha notado un aumento de turistas procedentes de Alicante, según apuntó el presidente de la agencia de turismo rural Altretur, Josep Gómez.

Atraídos por los paisajes invernales y la montaña, los visitantes han elegido también los pueblos del Penyagolosa y la comarca de Els Ports para despedir el año, como una alternativa más cercana que los Pirineos, destacó el empresario turístico. En definitiva, el puente ha dejado un balance similar al de antes de la crisis. «Ha sido fantástico, el mejor de los últimos siete u ocho años», aseguró Gómez. La tendencia, sin embargo, no se alargará hasta Reyes, ya que al terminar las vacaciones escolares «muchas familias con niños optan por celebrarlas en casa», matizó.