La posible retirada por parte de la Unión Europea de los aranceles a los productos de China a partir del mes de septiembre ha encendido las alarmas en la industria cerámica. La Confederación de Empresarios de Castelló, la patronal del azulejo (Ascer) y los sindicatos de Castelló se han movilizado para que la UE mantenga las medidas proteccionistas al país asiático. La entrada de productos chinos con precios más bajos sin ningún tipo de barrera -en lo que se conoce como «dumping»- representaría una competencia desleal y amenazaría la recuperación del azulejo, según advirtieron ayer la CEC, UGT y CC OO. Los sindicatos estiman que si Bruselas concede a China el estatus de economía de libre mercado se destruirán 1,5 millones de puestos de trabajo en Europa, especialmente en países periféricos como España.
«Somos partidarios de la libre competencia pero en igualdad de condiciones. El problema de China es que sus costes laborales y ambientales son muy inferiores a los nuestros y sin aranceles sus productos dañarán al azulejo», afirmó Rafael Montero, secretario general de la CEC.
Los sindicatos consideran que China no puede competir en las mismas condiciones cuando carece de un sistema democrático y vulnera los derechos laborales y medioambientales.
China se incorporó en 2011 a la Organización Mundial del Comercio en 2011. Entonces, la UE aprobó un periodo transitorio de cinco años en el que mantiene al país fuera del estatus de economía de libre mercado. Al respecto, impuso aranceles de un 35 % a las empresas chinas para evitar «el dumping» de su producción. En nueve meses acabará este periodo y empresarios y sindicatos apremian a la UE para que renueve las medidas «antidumping».
Comisiones Obreras y UGT se han adherido a un manifiesto de la Confederación Europea de Sindicatos contra la eliminación de los aranceles a China. Con esta campaña se pretende contrarrestar la maquinaria de presión de las autoridades chinas. Esgrimen que esta circunstancia situará al azulejo de Castelló en «grave desventaja» y con «problemas de supervivencia», afirmó el secretario general de CC OO en Castelló, Manel Nieto, en rueda de prensa junto a representantes de las federaciones de la construcción y la cerámica de Comisiones Obreras y UGT.
Según Nieto, «el trasfondo político» del asunto se justifica en que se trata de «una potencia económica, militar y con muchos intereses» y que está «ejerciendo presión en las altas esferas de la UE». «Conceder el estatus de economía de mercado sería abrir la puerta a que todos los productos chinos entren en la UE como un elefante en una cacharrería», remarcó.
«Los costes de producción en la empresa azulejera castellonense son de seis a siete euros el metro cuadrado, mientras que en China no llegan al euro», debido, continuó, «a que en el gigante asiático no se acogen al mismo marco social y laboral que se ha logrado en Europa».
Ascer eludió comparecer ayer junto a los sindicatos, según estas organizaciones, pero también lucha desde hace meses en el seno de la UE contra el «dumping» chino. El azulejo, sostiene los agentes socioeconómicos, se juega su futuro. Ahora se encuentra en una situación de recuperación gracias a las exportaciones. Uno de su mercados principales es la UE, con lo que el acceso sin barreras de las baldosas chinas podría suponer un duro golpe para el principal tejido productivo de Castelló.
Montero (CEC) lamentó que «Europa es muy estricta con los países socios pero muy laxa con los del exterior».
