Hasta 2.000 rollos bendecidos se repartieron ayer entre los cientos de personas que participaron en la tradicional «Matxà» de Sant Antoni de Betxí, uno de los actos centrales de la programación en honor al patrón de la localidad, que se caracteriza por la asistencia de multitud de vecinos acompañados por sus mascotas recuperando una costumbre ancestral que tiene su origen en la búsqueda de protección para los animales utilizados para los trabajos agrícolas.

Los participantes en el pasacalle fueron reuniéndose poco a poco en la plaza de la Iglesia, donde el cura párroco procedió a bendecir a todos los animales que iniciaron el trayecto que recorrió las principales calles del centro de Betxí, desde la calle Dolors, plaza de Sant Joan, calle de Sant Antoni, avenida Primer de Maig, calle de Les Vinyes y calle Mayor, para finalizar en la plaza.

Uno de los protagonistas especiales de estas fiestas es el Clavari de Sant Antoni 2016, Cristóbal Mollar, quien entre todos los momentos que se viven en la «Matxà» destacó el que se produce al final de la calle del patrón, donde se realiza una gran hoguera que rodean todos los participantes. Mollar recuerda que el simbolismo de este hecho es indudable, ya que, en su día «se consideraba el fuego como purificador y como protector contra las plagas que amenazaban a las cosechas». La misma importancia se daba a la bendición de los animales, ya que de este modo «se les protegía para que tuvieran una vida más sana».

Reviviendo esas sensaciones instauradas por sus antepasados, los vecinos de Betxí siguen participando en la «Matxà», aunque ahora los protagonistas son perros, gatos, pájaros o caballos, y de vez en cuando, según explicó ayer Mollar «incluso vaquetes o bouets mansos», que llaman de manera especial la atención de los asistentes.

Pero el pasacalle de San Antonio tiene otros momentos relevantes. Cuando se llega a la plaza Mayor se reparten los rotllos, en este caso fueron 2.000. «Lo habitual es que una parte se la coma el animal y la otra su propietario», relató el Clavari, aunque el origen era también bien distinto, dado que la razón del reparto de estos panes era «repartir comida a la gente dependiendo de sus necesidades y hoy en día se mantiene ese simbolismo».

El colofón de esta celebración llegó, un año más, cuando los grupos de danzas Les Passeres y L'Arquet tomaron el centro de la plaza para escenificar el típico Ball del barril, un baile de Betxí interpretado con dolçaina y tabal.

El municipio celebra hoy la romería a la «Muntanyeta».