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Ripollés se queda sin palomas

Las diferencias del artista con el bipartito bloquean la restauración de la obra que derribó el viento en 2013

La escultura derribada por el viento permanece en la ronda Sur sin estar finalizada su restauración. àngel sánchez

La escultura de Juan Ripollés permanece con la mitad de su estructura desde que fue derribada por el viento en enero de 2013 y así continuará por tiempo indefinido. El artista ha bloqueado la restauración tras la llegada de una coalición progresista al ayuntamiento y no está por la labor de financiarla.

El ejecutivo de izquierdas aún no ha mantenido contacto con Ripollés desde que tomó posesión el pasado mes de junio, y asegura que no pondrá un euro para arreglar la escultura de «Homenaje a las Víctimas del Terrorismo». «No me consta que nadie se haya puesto en contacto con él», sostiene el vicealcalde, Enric Nomdedéu, que afirma que la reparación del monumento no forma parte de «las numerosas prioridades que tenemos ahora».

Este diario ha intentado ponerse en contacto con el autor sin éxito. En junio, Ripollés trasladó su malestar con las formaciones de izquierdas por las críticas a su escultura cuando estaban en la oposición y anunció las paralización de la última fase de la rehabilitación. Faltan por colocar las dos palomas que coronaban el monumento

La obra de Ripollés, de 25 metros de alto, fue inaugurada en 2010. En enero de 2013 se venía abajo como consecuencia de rachas de viento de más de 100 kilómetros hora. A partir de ahí el proceso de reparación no ha estado exento de dificultades. El entonces ejecutivo municipal del Partido Popular rechazó el posible pago de dinero público y hubo que dirimir quién era el responsable de la caída: si la constructora o la ingeniería. Parecía que la empresa asumía el proyecto pero las relaciones con el artista se truncaron. Las obras se retomaron en septiembre de 2014 con el concurso de otra empresa. La nueva firma se encargó de reforzar la base de la estructura mientras el artista se llevó a su taller de Borriana los elementos dañados por el golpe, incluyendo las palomas, para subsanar los desperfectos. Ripollés se hizo cargo de la financiación de estos primeros trabajos, que valoró en 100.000 euros, mientras los munícipes populares aportaron 12.000 euros en las labores de supervisión.

El autor aventuró la inauguración de la remozada escultura en la primavera de 2015. Pero este plazo no se cumplió. Posteriormente se celebraron elecciones municipales y un gobierno del PSPV y Compromís sustituyó al Partido Popular en el consistorio.

Ripollés dejó en el baúl de los recuerdos el remate de su escultura con irrupción de un gobierno progresista. Por ahora no quiere mantener ningún tipo de relación con el nuevo ejecutivo y se niega aportar más dinero.

El bipartito afirma que en algún momento tendrá que hablar con el artista para analizar el futuro de la escultura, pero subraya que no tiene ninguna prisas y que el posible coste de la reparación corresponde al artista en exclusiva. Ayuntamiento y autor coinciden a la hora de descartar la aportación de fondos para acabar la figura de la ronda Sur.

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