El pasado sábado se celebró en Valencia un Consell Polític Nacional (máximo órgano de decisión entre Asambleas) que supone sin ninguna duda un punto de inflexión en el devenir de Esquerra Unida del País Valencià.

En este CPN, la que ha sido Coordinadora en los últimos años, Marga Sanz y toda su ejecutiva presentaron su dimisión, lo que ha venido a culminar en una forzosa y extemporánea asunción de responsabilidad ante los malos resultados que venimos arrastrando ya desde las elecciones municipales y autonómicas del mes de mayo y ante una manifiesta incapacidad de alcanzar un objetivo fundamental como era participar como sujeto político en una candidatura de confluencia en el País Valencià.

El balance global de los resultados de los últimos comicios electorales es incontestable en términos absolutos, situándonos como extraparlamentarios a nivel de País Valencià, sin representación en capitales de provincia tan importantes como Castelló y València y sin tener una voz que defienda nuestros intereses en el Congreso de los Diputados por ninguna de las tres provincias que configuran nuestro ámbito geográfico.

Y no es cuestión de lanzar balones fuera, ya que este Coordinador Local que escribe, con la perspectiva que da el tiempo y tras analizar con sosiego y desde la reflexión el estado sociológico y sociopolítico de los tiempos que corren, no tiene ningún problema en reconocer los errores del pasado y asumir aquello que le corresponde.

El haber estado participando en primera instancia en lo que en inicio fue Guanyem Castelló y que finalmente se constituyó como Castelló en Moviment -obtuvo el excelente resultado de cuatro representantes en el ayuntamiento de Castelló)- para abandonarlo casi en el último minuto, fue un quiebro innecesario que concluyó con la pérdida de representación institucional en la ciudad, y por tanto nos alejó de poner en práctica políticas de transformación social y nos situó fuera de los ámbitos de la confluencia y la unidad popular.

Pues bien, volviendo al CPN del sábado y tras la dimisión de toda la dirección se ha constituido una comisión gestora que deberá pilotar la organización y sus cambios de fondo y forma (que son muchos e imprescindibles) hasta la próxima asamblea de País. En este sentido se ha elegido una fórmula similar a la de nivel Federal, donde tal y como explica nuestro compañero Alberto Garzón, vamos hacia una superación de Izquierda Unida sin miedo ni complejos, desde la honestidad y la audacia y desde dentro de Izquierda Unida.

Para ello, un millón de votos nos avalan y nos exigen que iniciemos esta superación , que en ningún caso debe ser una reconstrucción o una refundación. Y estoy convencido que ese es el camino a seguir, desde la base y desde abajo para construir nuestra organización como una herramienta útil para la transformación social.

El objetivo esencial en el corto plazo debe ser la colaboración y trabajo conjunto con las fuerzas progresistas de la ruptura y del cambio. Y no hablamos de liquidar ni dinamitar nada. No. Hablamos de construir un sujeto político autónomo, anticapitalista, feminista, ecologista, republicano ( y en nuestro ámbito valencianista) que nos permita alcanzar la ruptura democrática en cooperación desde el minuto uno con las fuerzas del cambio, que en nuestra ciudad han obtenido un 26 % de los votos en las últimas elecciones generales.

Se trata de fortalecer nuestro proyecto político adaptando nuestra organización a los tiempos que realmente vivimos configurando una organización más democrática, ágil, flexible y capaz de incidir con mayor eficacia en los conflictos sociales y políticos ante una parte de nuestra organización que, como dice nuestro compañero Alberto Garzón, lamentablemente ha caído en un ensimismamiento aférrimo, la corporativización y en determinados casos el sectarismo más absoluto, sintiéndose cómoda con el 1 % de los votos.

Es imprescindible para ello también seguir desarrollando el proyecto de Unitat Popular en la provincia de Castelló, donde a pesar de los resultados electorales, nos ha permitido trabajar desde Vinaròs hasta Almenara, pasando por el Alto Palancia, con un grupo de mujeres y hombres comprometidos con la sociedad y en un clima de trabajo inmejorable.

Pero, efectivamente, la convergencia debe de ir desde dentro hacia fuera y desde abajo hacia arriba. Y en eso estamos los colectivos de Esquerra Unida Grau y Esquerra Unida Castelló, en un clima de sintonía política y proyecto político común, trabajando conjuntamente para ese camino de superación de la organización tal y como lo conocemos para elaborar una herramienta fuerte y útil para la transformación social.

Soplan vientos de cambio.