La Vilavella vivió ayer su día grande tras una noche muy intensa, Y es que previamente se celebró la tradicional vela a su patrón, San Sebastián, que llevó a decenas de vecinos a visitar durante toda la noche la casa de su alcaldesa, Carmen Navarro, donde se trasladó la imagen del santo recuperando, de este modo, una costumbre que se inició con la democracia de la mano del entonces alcalde, Filiberto Flors.

El primer acto de la jornada del miércoles llegó con el alba, cuando la Cofradía de la Verge del Rosari, sobre las 6.30 horas, entonó el Cant de l'Aurora, con cantos propios a San Sebastián que llevan interpretándose desde hace generaciones. De hecho, es muy significativo saber que los integrantes de esta cofradía interpretan este canto al inicio del día todos los domingos del año, tal como destacó la alcaldesa, por lo que forman parte de la vida cotidiana de La Vilavella.

La música también fue protagonista de la siguiente cita, porque la banda local recuperó otra costumbre perdida, la diana con la que a las 8.30 horas despertó a los vecinos recordándoles que empezaba el día grande para el municipio. Aunque el momento culminante de la jornada, como destacó la alcaldesa, fue la romería a la ermita, en la que los vecinos «acompañamos a la reliquia de nuestro patrón» para finalmente participar en la misa mayor. En una jornada claramente religiosa, los devotos también tuvieron la oportunidad de participar en la procesión con la imagen del patrón, que volvió, después de la vela, hasta la iglesia parroquial. En este acto se contó con la participación de la colla de Dolçainers i Tabaleters El Trull de Vila-real.