Castelló anhela desde hace tiempo la llegada de turistas de poder adquisitivo alto. Es una condición esencial para que el sector turístico dé el salto cualitativo que necesita y se equipare a Alicante y Valencia. La falta de una infraestructura hotelera para rentas altas frena este objetivo. Castelló sólo dispone de un hotel de cinco estrellas y de 27 de cuatro, según expone el plan de marketing turístico de la Diputación de Castelló.

La patronal provincial turística considera clave un incremento de las instalaciones hoteleras para situar a Castelló en uno de los territorios delanteros de la actividad turística española. Ya sea por falta de demanda de visitantes o por una ausencia de campañas de promoción, pero la cifra actual de hoteles se presenta muy insuficiente para hacer despegar al sector. Según el informe, Castelló dispone de 164 hoteles, siendo la mayoría de dos y tres estrellas, con 53 y 49 respectivamente.

El único hotel de cinco estrellas, situado en Orpesa, representa el 0,1 % de las dotaciones hoteleras de este segmento de las que existen en la Comunitat Valenciana. Los 164 establecimientos de Castelló contemplan 22.285 plazas. La cifra hotelera ha registrado una leve evolución al alza desde 2003 pasando de los 137 a los 164. Asimismo, hay 53 hostales y 40 pensiones. El número de visitantes ha seguido creciendo en los años de crisis económica, ya que el turista nacional ha priorizado viajes por España frente a los internacionales y este hecho ha beneficiado a Castelló, pero los precios han bajado y la rentabilidad ha caído un 40 % desde 2008, según la Agencia Valenciana de Turismo.

Turismo nacional

La actual red hotelera está ligada al perfil de visitante de Castelló. El 80 % de los turistas que llegan a la provincia es nacional y de clase media, mientras sólo el 20 % es extranjero. Asimismo, Castelló recibió en 2014 1,4 millones de los 6,5 de la Comunitat Valenciana.

Los apartamentos acaparan la mayoría de instalaciones turísticas, con 9.826 del total de 10.083 plazas de alojamiento. Castelló también cuenta con 40 campings y 505 casas rurales.

Las viviendas de verano han crecido un 19 % desde 2003 a 2015, aunque la tendencia fue negativa en 2005, 2006 y 2010, indica la estadística de la diputación. Las casas rurales han ascendido un 65 % desde 2003, y los campings han sufrido una caída de un 23 %. La debilidad del turismo se constata también con el decrecimiento de un 8 % de restaurantes.

Peñíscola, Orpesa del Mar, Alcalà de Xivert y Benicàssim acaparan la oferta turística, y en segundo termino se sitúan Vinaròs, Castelló, Benicarló, Benassal, Torreblanca, Montanejos, Segorbe y Morella.

El expresidente de la diputación Carlos Fabra, vinculó el crecimiento del turismo a la construcción de más de una decena de campos de golf. Sus planes se dieron de bruces con la crisis y sus excesivas previsiones. Ninguno de las dotaciones de golf anunciadas han visto la luz. Castelló suma ahora los mismos tres campos que en 1995.

La Generalitat y la diputación han apostado los últimos años por priorizar la promoción de la marca Castelló, que fue obviada en los años que se prometían los campos de golf, para intentar atraer a visitantes de alto «standing». Para ello incentiva actividades culturales, deportivas y de música que aportan un valor añadido de calidad a Castelló. Los empresarios del sector coinciden en que el turismo en la provincia tiene un importante potencial de crecimiento.