El Consejo de Europa fue fundado el 5 de mayo 1949, tras la II Guerra Mundial. Entre sus padres fundadores se encuentran figuras como el estadista británico Winston Churchill, que en un discurso protagonizado tres años antes ya defendió la creación de «unos Estados Unidos de Europa». Con sede en Estrasburgo, se trata del órgano comunitario más antiguo y muchos lo consideran la semilla de la Unión Europea (UE). Sin embargo, su presencia está un poco escondida por la sombra que proyecta el Parlamento Europeo de Bruselas, órgano mucho más mediático. De hecho, en muchas ocasiones se confunden ambas instituciones.

Son organismos hermanos, sí, pero entre ellos hay muchas diferencias. No sólo geográficas. Así, la asamblea que desde hoy va a presidir el valenciano Pedro Agramunt está formada por representantes de 47 países y se trata de una entidad especializada en la defensa de los derechos humanos.

No legisla como el Parlamento, sino que crea directrices, aborda cuestiones problemáticas y de actualidad y aconseja a las naciones. Y sus miembros no son elegidos por votación directa, sino que forman parte de las delegaciones de senadores que envían los propios países.

Además, el CE destaca, sobretodo, por contar con el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos (TEDH), definido por algunos como la «joya de la corona».

Investido como la máxima autoridad comunitaria en materia de derechos humanos, el TEDH es conocido por multitud de casos y sentencias desarrollados a lo largo de su historia y desde su creación se ha convertido en todo un salvoconducto para miles de ciudadanos que han visto como la justicia de su propio país les ha dado la espalda.

Y junto al TEDH, el CE también ayuda a la integración de los países que quieren formar parte de la UE. Fuentes del propio organismo no dudan a la hora de definir a la institución como «una escuela para las naciones que quieren entrar en la Unión Europea.

Lo normal es que cuando un estado comienza las gestiones para pertenecer a la coalición comunitaria pasa primero por nuestra institución para aprender los valores democráticos que representa la Unión Europea».

España, por ejemplo, entró en el Consejo de Europa en el año 1977. Más tarde formalizó su pertenencia como miembro de pleno derecho de la UE.