Pobladores cristianos, judíos y moriscos habitaban en la capital de la Plana en la Edad Media en el actual enclave histórico de Castelló, una de las zonas más coquetas y acogedoras de la ciudad. Sus calles sinuosas y estrechas guardan en su memoria los orígenes de la capital.
Caballeros, Mayor o Alloza son las principales calles del primigenio núcleo medieval. En las últimas décadas han sufrido una paulatina despoblación ante el crecimiento de otros barrios de la ciudad y el cierre de comercios tradicionales.
El desarrollismo franquista arrasó parte de sus inmuebles emblemáticos y levantó edificios en altura sin ton ni son en plazas el entorno del casco antiguo como la Paz o Santa Clara. Aún y así, el barrio histórico presenta en la actualidad una imagen adecentada por regla general y bares y restaurantes pueblan sus arterias principales. Es una zona peatonal, lo que la convierte en uno de los puntos de paseo de la capital de la Plana.
Entre Caballeros, Mealla y Mossen Sorell se ubicaba la judería. Esta última calle carece de salida, una de las características de la trama de las antiguas aljamas. Hasta 1936 contó con un arco de la judería. Cerca se encuentra la calle de la Morería, que como su nombre indica, acogió el barrio morisco.
Los locales de ocio y gastronómicos capitalizan la oferta comercial de la urbe medieval. El colegio territorial de arquitectos defiende un plan de rehabilitación del centro que posibilite la atracción de nuevos negocios. Hay comercios que lamentan la falta de promoción y como muestra señalan que mucha gente desconoce la existencia de la judería.
Las calles de las inmediaciones de Caballeros y Alloza disponen de una escasa actividad comercial, caso de Mealla, que, además, cuenta con un solar sin costruir y casas en un mal estado de conservación. El centro de la ciudad está llamado a ser la punta de lanza del renacimiento turístico de la capital.
