La selección española de balonmano tratará de derribar mañana (21:00) el muro en el que se han convertido en los dos últimos años las semifinales para el conjunto español, con un triunfo sobre Croacia, que permitiría a los hispanos regresar a una final continental diez años después.

En esta ocasión no será Francia, el rival que acabó con los sueños del equipo español tanto en el Europeo de Dinamarca 2014 como en el Mundial de Catar 2015 el obstáculo a superar, sino Croacia, otro gigante del balonmano mundial, que llegará con la moral por las nubes tras la gesta que le permitió acceder a la semifinal.

Para vencer a Croacia, España no sólo deberá mejorar sus prestaciones en ataque y tendrá que dar un nuevo paso adelante en defensa, donde los hispanos tan sólo han recordado por momentos al intenso equipo que a base de ayudas, inteligencia y mucha movilidad es capaz de convertir en un suplicio cada ataque rival.

Una tarea en la que volverá a jugar un papel fundamental el pivote Gedeón Guardiola, que pese a no estar todavía totalmente recuperado de la lesión en el dedo meñique de la mano derecha que le impidió jugar ante Dinamarca y Hungría, demostró ante Rusia, que hoy por hoy es una pieza insustituible en el equipo español.