La Generalitat Valenciana evaluó ayer los daños que las lluvias del pasado 2 de noviembre provocaron en el término municipal de Onda, donde se acumularon los daños en caminos y vías pecuarias, entre múltiples destrozos en el casco urbano. Tras la visita de los técnicos de la Conselleria de Agricultura, el alcalde, Ximo Huguet, espera que la Administración Autonómica declare la zona como prioritaria para conceder ayudas económicas.

El munícipe socialista, acompañado por el teniente de alcalde del área de Territorio del Ayuntamiento, Ángel Badenas, visitó junto a la Guardería Rural y técnicos de la conselleria de Agricultura, las zonas afectadas por las fuertes lluvias que, sumadas al agua que cayó en distintas poblaciones de la cuenca, dejaron un reguero de destrozos en la localidad, provocaron el desbordamiento de ramblas y barrancos, desprendimiento de líneas eléctricas, árboles caídos, inundación de vías públicas, garajes, inmuebles particulares y centros educativos, arrastres de vehículos, así como desperfectos sobre caminos públicos y vías pecuarias. Más de 130 litros por metro cuadrado recogidos en el municipio se tradujeron en el desbordamiento del barranco de Beniparrell, la consecuente inundación de las avenidas Constitución, el bulevar Joan Fuster y calle Moncofa, o el derrumbamiento del techo de una casa en la calle Granada. La Generalitat evaluó las zonas afectadas junto con el ayuntamiento para calcular la cuantía necesaria de ayudas para paliarlas. Los técnicos supervisaron el informe que el consistorio envió tanto a la administración autonómica, como al Gobierno de la Nación y a la Diputación Provincial explicando el estado de las vías pecuarias, propiedad de la Generalitat, y de los caminos rurales, propiedad del consistorio, tras las lluvias. El primer edil recordó que en su momento «el equipo de gobierno socialista realizó una valoración y cuantificación económica de los daños, con un importe que ascendía a cerca de medio millón de euros para acondicionar las zonas dañadas», aunque señaló que «realizar un mantenimiento que resolviera el problema definitivamente ante situaciones similares en un futuro costaría más de 1 millón de euros».