Si uno se limita a creer que los drones son una especie de pequeños helicópteros que se utilizan para jugar como si de aviones teledirigidos se tratara, o para hacer videos espectaculares, seguramente se sorprenderá al saber que en la actualidad convertirse en piloto de estas aeronaves pilotadas remotamente, puede ser una salida laboral muy interesante y con mucho futuro, ya que como asegura Ramir Lanau, piloto oficial, «es una nueva tecnología que ha venido para quedarse».

Así se lo expuso a los alumnos de primero y segundo de bachillerato del IES de Betxí, donde impartió una charla por iniciativa del ayuntamiento, desde las concejalías de Servicios Sociales y Juventud. Su intervención estuvo llena de sorpresas para los asistentes, sobre todo por la complejidad de un mundo «sobre el que queda mucho por aprender», según destacó el alcalde, Albert Remolar, que asistió a la conferencia, pero que de un tiempo a esta parte ha sido sometido a una reglamentación muy estricta y concreta, motivada precisamente por el auge que ha adquirido, no solo en usos comerciales, sino también privado.

Lanau insistió de manera especial en explicar a los estudiantes que cualquiera no puede volar un dron y mucho menos si existe una finalidad comercial. La legislación es muy clara al respecto y los pasos que se han de seguir para cumplirla son «los mismos que para conseguir el carnet de conducir cualquier vehículo, hay que ir a la autoescuela, en este caso a las aeronáuticas y completar la formación teórica y práctica». Aunque una vez conseguida la titulación de piloto de drones, tampoco se puede volar sin más uno de estos aparatos, ya que hay que hacerlo a través de una operadora que tiene la obligación de cumplimentar una documentación y una serie de autorizaciones muy complejas y extensas, que persiguen regular, controlar y asegurar un sector con muchas posibilidades, pero también muchos riesgos.

A pesar de todos estos pasos, que en principio pueden parecer un inconveniente, como expuso Ramir Lanau, gerente de una empresa que se dedica al uso de drones con fines audiovisuales (Aerial Productions) con sede en la provincia de Barcelona, las cada vez más amplias aplicaciones de esta tecnología convertirán a los pilotos en profesionales muy buscados.

Los usos en estudio y que ya se están aplicando para los drones son múltiples y van desde el ámbito sanitario y de emergencias, hasta el agrícola o el industrial. Hoy en día se utilizan incluso para identificar el punto de maduración de los cultivos y poder decidir así en qué zona es más aconsejable comenzar la recolección, o dónde hace falta más riego. Sirven para contar cabezas de ganado, para revisar líneas de alta tensión o aerogeneradores. En algunas zonas ya se utilizan para realizar rescates en zonas de difícil acceso.

Por otra parte, Ramir Lanau explicó a los chavales de Betxí que no solo pueden llegar a ser pilotos, sino también convertirse en observadores aeronáuticos, una figura indispensable y que debe acompañar al piloto, o especializarse en el tratamiento de los datos que se toman desde el aire, para darles aplicación en tierra.

Lanau insistió en la necesidad de respetar la legislación, especialmente por lo que respecta al uso privado de estos aparatos, dado que el acceso a los mismos es muy sencillo, pero su manejo y las consecuencias que podría tener si se produjera algún accidente no lo son tanto. De hecho, una de las alumnas tuvo la oportunidad de pilotar uno pequeño dron «que cabe en la palma de la mano» dentro del instituto y comprobó que lo más sencillo es acabar estrellándolo.

El objetivo de la charla quedó cumplido, porque muchos de los jóvenes asistentes descubrieron todo un mundo lleno de posibilidades.