La Fiesta de la Alcachofa continúa con toda su potencia convirtiéndose en el motor esencial del fin de semana. Benicarló se convierte en el centro de atracción gastronómico de la Comunidad Valenciana y atrae a «gourmets» de Aragón y del País Vasco dispuestos a disfrutar del fin de semana eminentemente culinario. Ayer sábado tuvieron lugar algunos de los actos más relevantes. La fiesta encaraba ya la recta final -que culmina hoy con la gran demostración-, en esta celebración entorno al entronizado fruto vegetal. Casi a mediodía se inauguró el monumento del artista local José Caldés dedicado al símbolo benicarlando, una escultura de 2 toneladas de peso realizado con fibra de vidrio y entramado de hierro con inyección de poliuretano que decorará la rotonda de la CV-135, carretera de Càlig, que actualmente es también acceso de salida la nueva variante que enlaza con la localidad.

Al acto de inauguración asistían la alcaldesa de Benicarló, Xaro Miralles, quien acompañaba al artista Caldés, al que también arropaban el edil de Agricultura, Domingo Roca; el presidente de Caixa Rural Benicarló, Agustín Cerdá.

Miralles destacó durante la inauguración al monumento dedicado al producto estrella el germen inicial que impulsó la construcción de la escultura, explicando que fue una iniciativa de la anterior corporación junto al patrocinio de Caixa Benicarló. El proyecto se aprobó en pleno municipal por unanimidad y fue encargado al artista Caldés, «finalmente se ha hecho realidad», apuntó Miralles, añadiendo que el lugar era «idóneo» al ser una de las entradas a la ciudad. Cerdá, por su parte, recordó que la escultura «es fruto de un trabajo colectivo, bien hecho y muy cuidado, como deberíamos procurar llevar a cabo todos los proyectos en Benicarló». Cerdá trasladó la implicación de la entidad en todo aquello que hacer referencia a Benicarló, especialmente en un producto que nos «distingue y nos honra». «Es un homenaje al trabajo bien hecho».

«Torrà» de alcachofa

Pero llegado el mediodía la I Feria de Productos Artesanales era otro de los puntos neurálgicos claves de ayer sábado. Con una asistencia multitudinaria, la feria acogió el sector comercial más cercano, y consiguió llenar de bullicio la plaza Constitución. Puestos de fruta y verdura ecológicos, producto km 0, el puesto de la alcachofa de Benicarló, paradas de artesanía, todo un mundo de calidad y proximidad al alcance de centenares de visitantes que a lo largo el día disfrutaron de la iniciativa.

Ya llegada la tarde, la espectacular «torrà» de alcachofas alcanzó tintes mitológicos. Con 2.000 quilos de la reina vegetal preparados para poder contentar a todos los paladares y previsiones de más de 3000 raciones a repartir, la asistencia a este evento alcanzó proporciones mágicas. El secreto reside en que se puede observar el proceso y la cocción a la brasa del producto, una demostración que llenó de encanto la plaza, ya tomada enteramente por entusiastas de la gastronomía. La torrada es otro de los actos que cada año cuenta con más interés. En esta ocasión se sumaron también los integrantes de las dos delegaciones de los municipios de Ladispoli i Saint Pol de Léon, hermanadas con Benicarló, y los ocupantes de las 200 caravanas llegados de diferentes lugares de España.

Este año la noche estuvo amenizada por la música en directo de la orquesta Magia Negra, que puso la nota musical mientras se disfrutó de la dulce textura de la alcachofa asada con paciencia y cariño, un acontecimiento que un año más rubricó con éxito otra jornada dedicada a la flor de la hortaliza.