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Los defensores de los sonidos tradicionales de Castelló

Su actividad es constante en toda la provincia, con especial presencia en numerosos actos de la Magdalena, en la Semana Santa de les Alqueries o en el Betlem de la Pigà

Su actividad se resume en imágenes que reflejan su presencia en la ofrenda al Lledó (arriba a la izquierda), el Betlem de la Pigà, (arriba a la derecha) o la Nit Màgica de Xarxa Teatre en las fiestas de la Magdalena (derecha)

A los miembros de la Colla de Dolçainers i Tabaleters de Castelló les gusta poner morritos y tocarla, pero que nadie lo malinterprete. Los morritos son fundamentales para sacarle rendimiento a la dolçaina, un instrumento que tiene como fiel compañero al tabal. Ambos en conjunto tienen una razón de ser, por separado su camino se antoja complicado.

Fue a finales de los años 70 y principios de los 80 cuando un grupo de amigos interesados en los dos instrumentos decidieron recuperar su sonido, sobre todo ante el peligro que suponía que esta música tan arraigada en tierras castellonenses pudiese desaparecer. «Lo que en principio empezó como una distracción, acabó por convertirse en 1981, de la mano de Fernando del Rosario, en lo que hoy es la Colla de Dolçainers i Tabaleters», recuerda Julio González, actual presidente del colectivo quien, acompañado por el vicepresidente, Dan Agramunt; el director musical, Enrique Pérez, y Gabi Ramón, vicesecretario, destaca el buen estado de salud del colectivo.

En la actualidad son 38 las personas que lo integran entre dolçainers y percusionistas, pero echando la vista atrás durante estos más de 35 años de actividad señalan que «si nos juntásemos todos seríamos mas de 90 personas». De momento, aunque siempre cuesta, no tienen problemas de ir sumando nuevas generaciones. Eso sí, insisten en que lo fundamental es «que los nuevos vengan por que ellos quieren, no porque los manden sus padres». Los cuatros subrayan que hay una «fantástica« Escuela Municipal de Dolçaina i Tabal y que en la Colla «todos nos apoyamos y aprendemos unos de otros». A la pregunta de si es complicado tocar la dolçaina, contestan que «es un palo de madera con agujeros; con eso te lo decimos todo».

Se citan todos los sábados para ensayar y tienen numerosas actuaciones durante todo el año, como las fiestas de la Magdalena, el Betlem de la Pigà o la Semana Santa de les Alqueries. Acompañantes siempre de Xarxa Teatre en su Nit Màgica de las fiestas fundacionales de la capital de la Plana, el colectivo cuenta en su haber con más de 900 partituras de todo el país, elabora sus propias composiciones y ha tocado con el maestro Signes junto a la Banda Municipal de Castelló.

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