«Yaki», un yorkshire terrier de tres años, se escapó hace dos semanas de su casa de campo. Los dueños lo estuvieron buscando durante dos semanas, lanzaron avisos, pero no lo encontraban. El domingo tuvieron noticias de él pero el desenlace no fue el esperado. «Yaki» apareció muerto, «y con signos de maltrato», en el foso de una fábrica abandonada.

Sus propietarios descartan la opción de que se cayera por sí solo. «La cara estaba desfigurada, y también tenía heridas en la parte trasera, por lo que de un golpe no se mató. Creemos que alguien lo encontró y que se deshizo de él a los pocos días», consideró su propietario.

El can lo encontraron dos jóvenes, quienes fueron los que avisaron al dueño, que se dirigió a una fábrica abandonada ubicada cerca de la CV-20, en una zona cercana a su propiedad. «Llevaba unos dos días muerto», por lo que consideran que alguien lo lanzó allí «después de darle una paliza».

El dueño de «Yaki» considera que hace falta concienciación ciudadano para evitar casos como este. Cuando se ve a un perro abandonado «es fácil avisar, se puede llamar a la Policía, a alguna asociación? y no lo que han hecho con 'Yaki'», algo que según traslada el propietario, tristemente ocurre con los animales «demasiadas veces».