Carnestoltes, rey Carnal, fue ajusticiado anoche en Vinaròs tras once días de desenfreno y lujuria en el municipio con motivo de las fiestas del Carnaval. Un fuego purificador que da paso a la Cuaresma.

Centenares de personas se congregaron a últimas hora de la tarde de ayer en el ágora del paseo marítimo para asistir al velatorio de Carnestoltes, donde no faltaron las 33 reinas de las comparsas, de riguroso luto, que lloraban desconsoladas ante tan lamentable pérdida. Unas reinas que se encargaron de trasladar a hombros la sardina, acompañando a Carnestoltes hasta donde fue ajusticiado y, en el paseo marítimo con la calle del Ángel Nuevo, se convirtió en pasto de las llamas ante la atenta mirada de cientos de comparseros que quisieron acompañarlo en su despedida. El emplazamiento de ayer fue una de las novedades en el último acto del Carnaval.

En el acto de ayer participaron la Muixeranga de Vinaròs y la colla de dolçaina i tabal de Vinaròs, y fue presentado por Julián Zaragozá.

Con el cierre de la presente edición carnavalera, los comparseros piensan ya en el carnaval del próximo año y en los trajes que se pondrán para desfilar en los diferentes actos que se programen, y como Ave Fénix, Carnestoltes resurgirá del fuego y volverá a traer la alegría a las calles de la capital del Baix Maestrat.

Hasta entonces hay que reflexionar sobre la fiesta, cual ha de ser su futuro y buscar una junta directiva para regir la Comisión Organizadora del carnaval (COC), regida actualmente por una gestora. Aunque lo primero de todo será hacer un balance de los once días de fiesta.