Siempre se ha dicho que donde menos se lo espera uno le salta la liebre. Ayer el líder Villarreal B, que acumulaba quince jornada sin conocer la derrota, sucumbió en el campo del colista Llosetense gracias a un tempranero gol de Nico Baleani que descoló al filial amarillo de Paco López. Tercera derrota en lo que va de campaña. Pese a ello, la escuadra de la Plana Baixa se mantiene al frente de la tabla con tres puntos de ventaja respecto al Reus Deportiu, que es segundo tras empatar en su visita al feudo del Atlético Levante. Tocará olvidar pronto este traspié porque el próximo domingo hay otra salida y se visitará el feudo del Lleida, otro de los aspirantes a estar entre los cuatro primeros.

Se puede considerar un toque de atención para un filial que presentó un once con muchas novedades. En especial en defensa, donde Ramón Bueno y Javi Ramírez fueron una pareja de centrales inéditos esta temporada; con José Peris de improvisado extremo zurdo, y con el regreso de la pareja atacante más explosiva formada por Fran Sol y Carlos Martínez. Y con todo ello, apenas tardó en saltar la sorpresa. Antes del cuarto de hora el colista Llosetense se adelantó en el marcador por mediación de su delantero Nico Balean. Un gol que pesó como una losa para un Villarreal B que estuvo muy incómodo en el rectángulo de juego y que, pese a intentarlo de todas las maneras posibles, se marchó al descanso con derrota por la mínima.

El segundo tiempo tuvo a un Villarreal B que apretó. Que puso cerco en la portería balear, a base de balones largos y saques de esquina. Lo pasaban mal los de Lloseta, ante un filial que empujó y empujó para evitar encajar la derrota quince jornadas después. Llegaron los cambios. Se jugó con una línea de tres. Con muchos efectivos en el centro del campo. Pero nada de nada. El Llostentes manejó bien el partido, lo llevó a su terreno y en la recta final se jugó muy poco. Cambios, interrupciones y lo de siempre. Los muchachos de Paco López se desesperaron y acabaron encajando la tercera derrota de la temporada ante un rival que celebró el triunfo como si hubiese ganado un título de Liga. Así es el fútbol.