Pocas voces más autorizadas para hablar del Castellón-Alzira que la de Borja Gracia. El centrocampista valenciano comenzó la temporada en el Alzira cedido por el Castellón, que lo repescó meses después. Ahora, recién salido del vestuario orellut por motivos laborales, Borja mata las ganas de fútbol en el Acero y advierte de lo que le espera al Castellón el domingo: «Para el Alzira es el partido del año».

Borja sustenta esa sentencia con dos argumentos. «Primero porque es en Castalia y eso siempre lo hace especial. Es un escenario que te hace sentirte más de lo que en realidad eres. Te recuerda que eres futbolista. Y segundo porque en el Alzira hay cierta rivalidad. Es un duelo que se ha dado en Segunda B y allí trae viejos y buenos recuerdos». Esa motivación extra añade dificultad al reto del Castellón. El Alzira se ha recuperado en las últimas semanas. Llega tras ganar al Elche Ilicitano. «Fácil no será, y tampoco irán a encerrarse», avisa.

En el Acero

Pese a encaminar su vida hacia su carrera como ingeniero, Borja no ha perdido contacto con el fútbol. Eligió el Acero para seguir jugando. «Necesitaba un equipo que estuviera a mitad camino entre Castelló y Valencia, y que entrenara por las tardes. Tenía dos opciones, Paterna o Acero, y elegí esta». Desde su llegada, el colista ha sumado cuatro puntos en dos jornadas. «La salvación está difícil pero no imposible», señala.

Borja estuvo el sábado en Sagunt viendo el duelo estelar de la jornada. Gracia, formado en la cantera del Valencia, militó en el Saguntino antes de fichar por el Castellón la pasada temporada. «Fútbol se vio poco, pero esos partidos son así. Al Castellón lo vi muy serio, se adaptó a la circunstancias. Allí no sé si ganará alguien este año. Marcar un gol es casi imposible».

Borja Gracia bendice los nuevos aires del Castellón de Kiko Ramírez. «Desde fuera, lo bueno que veo es que tiene muchas alternativas. En casa puede jugar de una manera y fuera adaptarse a otra más práctica», resume.