No era una buena hora para un partido de fútbol entre semana, pero El Madrigal presentó una buena entrada. Hubo aficionados que tuvieron que hacer filigranas para llegar a tiempo y otros que llegaron con el encuentro empezado, pero al final la imagen de la grada fue muy buena.

Cerca de 1.500 aficionados del Nápoles se desplazaron hasta Vila-real para presenciar en directo el partido y animar a los suyos desde la 'jaula' visitante de El Madrigal. Algunos de ellos decidieron no entrar al campo ya que portaban banderas que no están permitidas y se les invitó a dejarlas, decisión que no aceptaron.

El partido de ayer fue el más solicitado de la Europa League de esta semana ya que pidieron la señal de televisión 45 televisiones con derechos de todo el mundo. Así, el partido se retransmitió en directo en más de 70 países.

Los del submarino y Pepe Reina es un amor que perdurará en el tiempo, pero el portero también se ha ganado el cariño de la hinchada del Nápoles. Tanto es así, que Reina fue recibido a su llegada a Castelló por un grupo de músicos que le cantó una rumba en el aeropuerto castellonense e, incluso, por un camionero que ha decorado su vehículo con una imagen del portero del conjunto italiano.

La salida del Nápoles del hotel de concentración en el que estaba en Castelló provocó cierto caos en la tarde de ayer ya que hasta tres furgonetas de la policía nacional secundaron el autobús en su desplazamiento hasta Vila-real y la ronda Mijares estuvo cortada al tráfico durante algunos minutos alrededor de las cinco de la tarde, justo a la hora de recogida de niños en los colegios.

Las dos directivas celebraron la tradicional comida de la UEFA antes de cada partido y, como no podía ser de otra forma, el Villarreal agasajó a su rival con una suculenta paella que el presidente del Nápoles, Aurelio De Laurentiis, no dudó en fotografiar.

Nahuel y Rodri vieron el encuentro finalmente desde la grada ya que fueron los dos jugadores descartados por Marcelino antes de iniciarse el encuentro.

En el palco de tribuna se pudo ver al nuevo embajador del Villarreal, el exfutbolista Marcos Senna, sentado junto a otro «embajador» del club, el tenista Roberto Bautista, quien aprovechó unos días de descanso para animar al equipo amarillo.

Tras finalizar el partido en El Madrigal, la directiva del Nápoles se marchó a cenar a la Tasca del Puerto en el Grau junto al veterano futbolista Giuseppe Bergomi, campeón del Mundo con Italia en el 82. Allí coincidieron con varios periodistas de La Gazzeta dello Sport y de SKY, y también con un jugador del Villarreal.