El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) emitirá su fallo el próximo martes sobre los incidentes acaecidos a la conclusión del partido Mensajero-Barakaldo, en el que un grupo de aficionados del conjunto palmero agredió al trío arbitral integrado por dos castellonenses y un valenciano. Las imágenes del lamentable incidente han dado la vuelta a España y han causado estupor entre quienes las han visto.

Competición dio de plazo hasta ayer para que la escuadra insular presente alegaciones al anexo redactado por el colegiado castellonense Fernando Navarro Collados, que fue remitido a la RFEF el lunes al mediodía una vez contó con el parte médico del asistente de Castelló, Álvaro Rallo Estévez, quien sufrió una brecha en la frente.

Este organismo no se pronunció el miércoles debido a que el colegiado adjuntó un anexo por los hecho que tuvieron lugar a las puertas del estadio Silvestre Carrillo, una vez finalizado el partido, con triunfo visitante (0-1), y se disponían a subir al taxi que les tenía que trasladad al aeropuerto de Santa Cruz de la Palma.

Fallo del plan de seguridad

Al parecer, el club palmero insistirá en su escrito que el plan de seguridad no falló, aunque el resultado fue catastrófico para los colegiados valencianos. Los tres fueron humillados, les lanzaron todo tipo de líquido y, en el caso de Álvaro Rallo, fue empujado al taxi y en el encontronazo con la puerta se abrió una brecha en la ceja.

Las imágenes hablan por sí solas, a pesar de que el Mensajero haya desmentido casi todo lo que Fernando Navarro Collados redactó en el anexo del acta a la finalización del partido. A todo ello, Guillermo Jiménez, vicepresidente del conjunto palmero, dijo nada más acabar el encuentro del pasado domingo que «no me lo explico. Un arbitraje tan condicionado, tan parcial no lo había visto en mi vida, la gente del Barakaldo se manifestaba en ese sentido» aunque quiso «pedir disculpas públicamente por lo sucedido después» ya que nadie esperara una reacción así.