Aitor Guzmán solo tiene 7 años, pero cuenta con un talento propio de un genio y es precisamente por ello por lo que el jurado que se encarga de decidir los tradicionales galardones de las fiestas patronales de Sant Vicent de la Vall d'Uixó, ha decidido que merece sobradamente ser distinguido con el Vicentet de l'any.

Estos premios, que reconocen desde hace décadas a vecinos de la localidad que destacan en los ámbitos cultural, social o deportivo, se convierten en la primera cita festiva del año, tras la presentación de la reina, y de hecho, la comisión ha decidido volver a aprovechar la gala en la que se entregan los galardones para presentar el programa de actos y el cartel anunciador, confeccionado en esta ocasión por Rubén Paricio.

Fue inevitable que Aitor Guzmán se convirtiera en un protagonista muy especial del acto celebrado ayer en el Teatro Municipal, sobre todo por los méritos atesorados a su corta edad, de hecho, es el vallero más joven que logra esta distinción tan importante en el municipio. Este pequeño con cualidades especiales es capaz de crear sus propias aplicaciones y está trabajando en la creación de un nuevo sistema operativo. Su talento es tal que incluso Microsoft lo ha reconocido, invitándole a visitar sus instalaciones en Madrid hasta en dos ocasiones. Él mismo, en alguna de las múltiples entrevistas que ha concedido no solo a nivel nacional, sino también internacional, ha asegurado que «programar es como tener súper poderes», por lo que se ha descrito como «el súper héroe de la informática». Sin duda, para su familia lo es, pero además es un vecino de la Vall ilustre, como todos los que, antes que él, consiguieron el Vicentet de l'any.

Pero este no fue el único galardón entregado ayer. El de mérito cultural se atribuyó a Nel·lo Navarro, escritor, investigador y documentalista; el de mérito deportivo fue para Isabel Ferreres, una joven ciclista que cuenta entre sus logros haber conseguido varios campeonatos autonómicos y nacionales, a parte de haber sido elegida para integrar la Selección Española; el Rotary Club recogió el Vicentet al compromiso cívico y por último, el Vicentet arreu del món se concedió a Rogelio Igualada, músico intérprete de trombón y tuba.

Todos ellos fueron reconocidos públicamente por las cientos de personas que asistieron a la entrega de premios y, desde ayer, no solo han pasado a ser historia viva de la fiesta de Sant Vicent, sino también de su ciudad.

Aunque dar a conocer los nombres de los galardonados con los vicentets no fue el primer paso de la cita de ayer, ya que se comenzó con la presentación del libro de fiestas. De hecho, como destacaron desde la comisión, este año se ha decidido volver a la estructura original de este acto, en el que se combinaban ambas citas.

Entre las novedades que se incluye en el programa de actos destaca de manera especial el hecho de que las vacas vuelven a la plaza dels Xorros, por lo que este año se reproducirá una imagen tradicional y característica de los orígenes de estas fiestas. Aunque también llama la atención que la inauguración del programa se adelante un día, de manera que el Domingo de Pascua los vecinos de la Vall ya podrán participar en la primera entrada y exhibición de vacas, además de en una cena popular de pa i porta. En cuanto al apartado taurino, está previsto exhibir hasta 8 bous al carrer. En el programa tampoco faltará la tradicional Fira de Sant Vicent así como los actos religiosos.