El alcalde de Vila-real y portavoz del PSPV en la Diputación de Castelló, José Benlloch, lo dijo ayer muy claro y rotundo, «la diputación está lejos de lo que la sociedad actual necesita». Benlloch no suele callarse a la hora de criticar la administración provincial y ayer no decepcionó en el desayuno organizado por el Real Casino Antiguo de Castelló con un discurso bien estructurado y repleto de propuestas e ideas.

El invitado afirmó que ser el portavoz de los socialistas en la Diputación de Castelló «era lo que menos ilusión me hacía», por lo que uno de los retos que se marca es el de intentar «convertir la diputación en algo útil». Su experiencia vivida durante los últimos meses le lleva a calificarla como «la mayor frustración, porque es una institución partidista, arbitraria, poco útil para las personas». Al respecto, para Benlloch, los ayuntamientos tendrían que tener mucha más importancia «y por cercanía, las administraciones locales son en las que la gente más confía. Los ayuntamientos tendrían que tener el poder y ocurre todo lo contrario, van a las diputaciones a rendir pleitesía y a pedir limosna».

Benlloch fue duro al indicar que la base de la administración provincial «falla y el partido que gobierna tiene poca altura de miras y es nefasto». El alcalde de Vila-real indicó que las diputaciones no tienen ningún futuro «pero no va a ser fácil eliminarlas». Además, el socialista también trató la ausencia de un liderazgo para la provincia y lamentó que «la Diputación de Castelló tampoco cumpla con esto».

Y, a pesar de apostar por la eliminación de la diputación, José Benlloch reconoce la necesidad de una estructura provincial que bien podría ser una «asamblea de alcaldes para liderar un proyecto común, porque si ya somos pocos, lo peor ya es que nos dividan». El portavoz del PSPV en la diputación indicó que hay que caminar unidos, sin que los pueblos grandes se enfrenten con los pequeños y, por ese motivo, el portavoz socialista añadió que «necesitamos un cambio profundo para adaptarnos a los cambios, debemos unirnos no sólo para solucionar problemas, sino también para generar proyectos» y apostó por un «un proyecto de provincia en el que no se compita con el vecino sino que se compita con el mundo».

Durante su intervención durante la mañana de ayer, el socialista hizo mucho hincapié en que hoy en día se da más importancia «al qué y no se pregunta nadie el por qué de las cosas. No tiene sentido el modelo de cualquier administración de yo me lo guiso y yo me lo como».

Limitaciones en cargos

Además, en ese cambio por el que José Benlloch apuesta se encuentra el comenzar a hablar de limitaciones en cargos, referido sobre todo a los funcionariales y añadió al respecto que, a pesar de que hay unas plazas que tienen que tener una estabilidad, «creo que la frescura de la sociedad civil podría dar más eficacia, en algunos casos». Benlloch puso como ejemplo que se hable de limitar el mandato de un cargo electo a ocho años mientras un interventor puede estar 33 años en el mismo puesto de trabajo «y eso crea una comodidad. Por ello se podría crear una sociedad de movilidad cambiar el escenario de trabajo. Hay que empezar a hablar de un límite».

Durante la intervención de ayer, Benlloch también comentó su experiencia como alcalde de Vila-real desde el 2011, momento en el que, recordó, «nos encontramos con un ayuntamiento sin diálogo, con un 72% de endeudamiento. Teníamos menos dinero que nunca y más necesidades, muchos comercios cerrados, naves en ruina, obras sin acabar o acabas pero son difícil viabilidad»,

José Benlloch explicitó que al iniciar su andadura como alcalde de Vila-real se encontró con 15 millones de euros de sentencias urbanísticas así como 9 millones de euros en facturas en los cajones con dificultades de pago.