Si hace una semana el tanto de Denis Suárez fue decisivo, ayer en San Paolo el tanto del Villarreal CF llevaba también firma propia: la de Tomás Pina. El centrocampista amarillo sorprendió a todos con un extraño lanzamiento con el que batió a Reina tras un saque de esquina y que sirvió para empatar el partido y darle el pase a octavos de final de la Liga Europa al submarino. No fue un partido brillante de los de Marcelino, pero sí histórico porque el conjunto villarrealense por fin ganó en Italia.

El encuentro no había empezado demasiado bien para los visitantes ya que solo consiguieron aguantar la ventaja inicial que les daba el resultado de la ida durante 13 minutos. Fue a partir de ese minuto, justo después de que Bakambu fallara solo ante Reina un gol cantado, cuando el Nápoles reaccionó y el partido cambió de color. El conjunto italiano empezó a asediar la portería de Areola y en una de esas consiguió empatar la eliminatoria gracias a un gol de Hamsik.

El que estaba siendo el hombre más incisivo del cuadro napolitano, secundado a la perfección por Mertens, aprovechó un pase de Higuaín para golpear con todas sus fuerzas el balón y batir al portero francés del Villarreal, que hasta entonces acumulaba 517 minutos sin recibir un gol.

El equipo de Sarri, con poco, conseguía mucho y ponía las tablas en el cómputo general de la eliminatoria. A los de Marcelino, por el contrario, les tocaba reorganizar sus ideas y ponerse las pilas para tratar de marcar el gol que les daría el pase a la siguiente ronda. Pero no hubo una reacción excesiva sino que los locales, liderados por Mertens e Insigne, comenzaron a hacer mucho daño a los villarrealenses por la banda de Mario con sendos lanzamientos que Areola sí logró anular.

Demasiado sufrimiento

Fueron los dos últimos avisos del Nápoles antes del descanso y al Villarreal le vino como anillo al dedo el paso por vestuarios porque estaba viviendo los momentos de mayor sufrimiento sobre el terreno de juego de San Paolo.

Ni Marcelino ni Sarri hicieron cambios inicialmente para afrontar el segundo tiempo y este comenzó con una primera ocasión de David López que acabó en las manos de Areola y otra de Bakambu, al que Reina arrebató el balón sutilmente cuando el delantero del Villarreal se disponía a golpearlo.

Parecía que las fuerzas volvían a estar de nuevo equilibradas y los de Marcelino sabían que con un gol volvían a estar en octavos de final de la competición europea. Daba la sensación de que solo una genialidad como la de Denis Suárez en la ida en El Madrigal volvería a decantar el partido... Y así fue. Porque, cuando menos se esperaba y quizás en la jugada menos peligrosa de todas las que había habido hasta ese momento, el Villarreal vio de nuevo la luz.

Fue en un lanzamiento de córner largo, en el que le cayó el balón a Pina -el único jugador que estaba fuera del área- y este, sin saber si centrar o golpear, se sacó de la chistera un centro-gol que acabó entrando en la portería italiana. Nadie se explicaba cómo había rematado Pina, pero el tanto subía al marcador y daba vida al Villarreal, que ponía la eliminatoria 1-2 a su favor.

Quedaba todavía mucho por delante y había que cerrar bien la defensa para evitar ocasiones del Nápoles y amarrar al preciado resultado. Hubo un intercambio posterior de ocasiones tras el gol de Pina, pero conforme avanzaban los minutos el Nápoles volvía a hacerse con el control del balón y generaba las ocasiones más peligrosas, jugándose todas sus cartas en busca del pase a la siguiente fase de la competición.

Por suerte, el Villarreal tiene un portero en mayúsculas y Areola realizó dos paradones consecutivos cuando la grada de San Paolo ya cantaba el gol. Volvían a ser momentos de sufrimiento, pero nadie dijo que jugar en San Paolo fuera fácil y mucho menos que pasar a octavos de final de la Liga Europa lo fuera.

Y así, con la sangre fría de los grandes equipos en una gran competición como la Liga Europa, el de Marcelino aguantó hasta el pitido final el resultado y el Villarreal silenció, en otra histórica noche europea, el mítico estadio de San Paolo. Los octavos de final esperan al submarino.