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La procesionaria amenaza la Serra d'Irta

La ausencia de frío ha favorecido la repoblación de esta oruga invasora y para evitarlo hay que apostar por un mantenimiento continuo

la plaga de procesionaria ha conllevado que el paisaje de la Serra d'Irta de un color verde profundo haya pasado a tener un color tenue y apagado.Bolsa con gran cantidad de orugas de procesionaria f álvaro sales Uno de los pinos afectados y que tiene varias bolsas f á. s.Larga procesionaria en el suelo f á. s.

El parque natural de la Serra d'Irta está cambiando su particular color verde intenso por uno más tenue y apagado. Es la consecuencia directa de la plaga de oruga procesionaria que está azotando muchos de los pinos de este espacio situado en Alcalà de Xivert, Santa Magdalena y Peñíscola. Un grupo de vecinos del núcleo costero de Alcossebre ha decidido tomar cartas en el asunto para denunciar la situación y pedir a la Conselleria de Medio Ambiente que actúe, al ser la responsable del mantenimiento del parque.

«Es una plaga descontrolada que se está yendo de las manos. Los pinos se están quedando pelados», advierte José Moscardó que, aunque reside en Valencia, pasa los fines de semana y sus vacaciones desde siempre en Alcossebre. José se trasladó esta semana a la Serra d'Irta para mostrar las consecuencias de los avances de la procesionaria, nombre por el que se conoce coloquialmente a la «thaumetopoea pityocampa». Allí le esperaba Gregorio Martínez, un vecino de Alcossebre también preocupado por la plaga de orugas.

«Toda la vida ha habido procesionaria. Tiene que seguir un ciclo biológico y ayuda a regenerar la selección natural en los pinos. Lo que pasa es que este año, debido a las temperaturas que estamos teniendo, que no está haciendo frío ni un invierno duro, la proliferación ha sido a lo bestia», explica José que, al igual que Gregorio, recuerda que además del cambio de temperaturas es preciso realizar un mantenimiento continuo de los árboles. «Por lo que he visto, la última revisión que se hizo en el parque fue de 2012. Lleva cuatro años sin cuidarse», dice Gregorio.

«Si se tomaran las medidas de prevención necesarias no nos encontraríamos con que todas estas de orugas están en los pinos. Los tratamientos ahora son difíciles. Hay que hacerlos de manera previa», critica José Moscardó, que ha impulsado una recogida de firmas a través de la plataforma change.org denominada «Salvemos la Sierra de Irta» dirigida a la Conselleria de Medio Ambiente y a los consistorios de los municipios en los que se sitúa el parque. Su campaña ha recogido ya cerca de 700 apoyos.

«La oruga no mata a los pinos, salvo en los casos más graves, pero los debilita y los deja desprotegidos a expensas de cualquier otro depredador. El pino no se muere por un verano de procesionaria, pero en un proceso de cuatro años sí. La oruga está por toda España y nadie hace nada», lamenta José, que incide en que los pinos secos son más proclives a quemarse en caso de incendio. José y Gregorio destacan el potencial turístico de la Serra d'Irta por su valor paisajístico, que atrae a senderistas y ciclistas todo el año.

Gregorio comenta que el color de la Serra d'Irta es un «verde triste». Este vecino de Alcossebre remarca la importancia de que haya más gente que se una a esta causa. «Con un espíritu derrotista no se conseguirá nada», dice Gregorio Martínez. José y Gregorio se pusieron en contacto con el Ayuntamiento de Alcalà de Xivert y con la Conselleria de Medio Ambiente, responsable del parque. En el consistorio les comunicaron que están actuando en los pinos de las calles del núcleo costero, pero que no pueden tratar los árboles del parque al ser competencia autonómica.

El Ayuntamiento de Peñíscola ha manifestado también la misma posición. Ambos consistorios alertaron a la Generalitat Valenciana de la situación de la Serra d'Irta. En el caso de Peñíscola, todavía no han obtenido respuesta.

Desde el consistorio explicaron ayer que la concejalía de Servicios llevará a cabo, a partir del lunes próximo, la limpieza bolsa a bolsa y pino a pino en la Urbanización Fontnova en ejemplares afectados ya identificados

Solicitan actuar pronto

«La Serra d'Irta está perdida si la gente no se une o si Medio Ambiente no hace nada. Si no se actúa, en cinco meses va a estar hecho polvo y para recuperarse harán falta varios años. Los pinos que mueran habrá que reponerlos», asegura Gregorio Martínez, que alerta de las consecuencias «económicas y paisajísticas» que tendría para el parque natural de la Serra d'Irta no atajar la plaga de procesionaria.

Mientras se toma alguna medida, los empleados de la empresa encargada del mantenimiento de parque no pueden hacer nada. Nadie les ha dado orden de actuar. «Está peor que otros años. Hace años que no se hace ningún tipo de mantenimiento específico. Hacer se hacían fumigaciones pero ahora están prohibidas», explica un trabajador de la Serra d'Irta que advierte que «retirar todas las bolsas del parque sería imposible», debido al difícil acceso a varias de las zonas del paraje.

José finaliza pidiendo que se tomen las medidas necesarias para que la plaga no vaya a más.

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