El cambio de color político en el Consell y en el ayuntamiento de Castelló ha reducido la presencia política en la feria taurina de la Magdalena, por lo menos en la corrida de rejones de ayer, donde la presencia de dirigentes políticos fue mínima. Sobre todo hubo aficionados al toreo a caballo y representantes empresariales.

Hubo media entrada y los entendido apuntaban que la afluencia de público crecerá a partir del jueves con las corridas de toros. La intensidad del viento disminuyó por la tarde pero las gélidas temperaturas no ayudaban de entrada. La faena de los seis rejoneadores fue caldeando el ambiente, que también estuvo aderezado con algún que otro gintónic.

El tenista Roberto Bautista, flamante ganador de dos títulos en el arranque de la temporada, repitió en la jornada de rejones. Ya estuvo el año pasado y ayer llegó en calesa al coso de Pérez Galdós. Próximo se encontraban Juan Mechó, miembro del consejo de administración del Villarreal CF y exportador citrícola; el empresario del sector del transporte, Ñote, junto a su mujer; y Mauro Gómez, de la conocida librería castellonense de Plácido Gómez.

Del ámbito económico asistieron José Luis Breva, del Consell Social de la Universitat Jaume I; el presidente de la Asociación de Exportadores de Cítricos de Castellón (Asociex), Jorge García Ballester; el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castelló (Ashotur), Carlos Escorihuela; y Javier Remolar, de Rinopint; mientras de la justicia acudió la magistrada de la Audiencia Provincial, Eloísa Gómez. La colla Rei Barbut aportó varios de sus integrantes, entre los que cabe citar Juanma del Río, José Sacarino, y el doctor Juanma Traver.

De la política no hubo ningún, primera espada; acudieron al tendido la regidora del Partido Popular en Almassora, Nuria Felip, la exsenadora del PP, Araceli Peris, y el exdiputado autonómico del PSPV, Miguel Ángel Guillén.

Concentración

Una decena de antitaurinos protestó en la segunda jornada de feria, primero en el exterior y luego en el interior de la plaza. Uno de los mismos saltó al ruedo con un cartel reivindicativo tras la muerte del cuarto toro. Inmediatamente dos personas lo redujeron violentamente y lo llevaron al callejón para ser expulsado de la plaza. La tarde empezó fría pero poco a poco el público se fue animando con las cabriolas de los caballistas y los pasodobles.