Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

el yin

el yin

Comida gratis, comida gratis, comida gratis y comida gratis.

Bebida gratis.

Repito: Comida gratis, comida gratis, comida gratis y comida gratis.

Bebida gratis.

Si esto va de quejarse de todo, estupendo, lean al de aquí a la derecha, pero seamos serios por una vez en la vida. Quién puede criticar un acto de generosidad tan catedralicio como el que llevan a cabo durante la semana de fiestas de Castelló, desinteresadamente claro está, las grandes empresas periodísticas como la que a mí me paga. Nadie, por supuesto.

Lo único malo es que te regalan un periódico.

Pero lo demás, una maravilla todo. Para empezar, la clásica y elegante terraza de Magdalena de este diario, en el incomparable marco del Casino Antiguo, resulta de una utilidad tremenda. Luego pasan unos meses, empiezan a imputar a políticos, dirigentes y empresarios y, con una sencilla búsqueda en nuestra hemeroteca, encontramos todas las fotos necesarias. Yo, un humilde escribiente, estoy recopilando además todas mis fotos magdaleneras junto a esa gente importante que, probablemente por envidias, exceso de bondad o errores judiciales, va del calabozo al juzgado y del juzgado a la cárcel. Porque, aunque sea para compensar la vergüenza que le da a mi madre que a mis 32 años aún no me hayan ni siquiera imputado cuando, siendo justos, mis padres me dieron una educación en la que no faltó de nada, dentro de un tiempo podré enseñar ese álbum de cromos corruptos a mi hija para que piense, después de todo, que su padre fue ALGUIEN en esta tierra fértil de oportunidades.

Que, por cierto, hablando de la cárcel. Otro punto a favor. Allí también dan comida gratis, comida gratis, comida gratis y comida gratis.

Bebida gratis.

Y también hacen fotos.

Cabe recordar, asimismo, que las terrazas de los medios, igual que la cárcel, ayudan a salvar vidas. Cuántos comas etílicos han evitado las paellas del Casino, cuántos millones de gasto en Seguridad Social hemos ahorrado y cuántas subvenciones deberíamos justificar con este razonamiento.

Aún digo más: la terraza es uno de los pocos espacios de la ciudad que queda libre de varios elementos molestos y perturbadores: allí no se tiran petardos, no se mea al aire libre y sobre todo no hay mimos. Que creo que va siendo hora de dejar de criticar a los runners y a los tunos, que es lo fácil, y empezar con los mimos. Que no se vayan de rositas los mimos.

Como el lector estará comprobando, llevo un rato rellenando espacio con argumentos aleatorios, rozando la estafa. La culpa es del jefe, como casi siempre. Mi idea era llenar la página con la única razón de peso a favor de la terraza de Magdalena: comida gratis, comida gratis, comida gratis y comida gratis.

Bebida gratis.

Ese era mi plan, en bucle, pero el jefe lo ha prohibido. Seguramente, por miedo al qué dirán en la terraza del Casino.

Compartir el artículo

stats