l Villarreal empató el miércoles en Balaídos frente al Celta de Vigo y lo hizo a la manera que acostumbra respecto de resultados. Quiere decirse que no marcó porque, aunque tuvo ocasiones, no las aprovechó y no recibió ningún gol en contra porque es costumbre que no le gusta, de lo que se ocupa un sistema defensivo que funciona de p.m. y cuando no, gracias a un portero tan joven como excelso. Con el empate sigue manteniendo a los gallegos de Vigo a una distancia que le permite seguir con el control para con el puesto de Champions, si bien el Sevilla la ha recortado en los dos puntos que van de la victoria de este al empate de los de aquí.

Llegados a estas alturas de la competición, el hueco puede ser suficiente a condición de que se mantenga la racha, lo que es tan difícil como parece tenerlo el aspirante a Presidente del Gobierno de la Nación, y lo digo solo a los efectos de cierta semejanza en los resultados, que no en la trascendencia de una cosa respecto de la otra, que hasta podríamos llegar.

Creo que el entrenador Marcelino García dirige los partidos del equipo del que es responsable directo con un ojo puesto en el desarrollo del juego y otro en el marcador, coincidiendo en este caso con el ínclito entrenador, Clemente, cuya filosofía se asienta en que si hasta el inicio de cualquier partido de liga el reglamento de la competición te regala un punto ¿a qué perderlo, con lo que cuesta ganarlos?

De modo que sí, que el Villarreal pretende estar en la Champions la temporada que viene, por legítimo orgullo y por hacer caja, que no es cuestión a infravalorar para el mantenimiento de una economía que permita seguir firme en una filosofía de sostenimiento de la cantera y alguna incorporación que valga más de lo que pueda costar. El Villarreal es una realidad ejemplar en un mundo de egos tan difíciles de administrar. Y puesto que de dineros hablamos, permítasenos felicitar al presidente del club, Fernando Roig, por su inclusión en la lista Forbes que publica las mayores riquezas mundiales, superando una fortuna de bastante más de los mil millones de euros.

Como es habitual, en la alineación que presentó Marcelino en Vigo, jugaron los que debían hacerlo porque así convenía a los intereses del equipo. La plantilla, no me cansaré de repetirlo, dado que está formada por un conjunto de futbolistas de calidad parecida y alta, salvo alguna excepción que está en la mente de todos los aficionados, ofrece la garantía suficiente para que forme quien forme, la rentabilidad exigida está garantizada.

Los que ya están consolidados en el equipo porque a estas alturas no necesitan confirmación y los que se incorporaron al inicio de la competición porque siendo jóvenes van entrando poco a poco en la dinámica del grupo, de modo que todos, salvo los todavía lesionados o en período de recuperación, han conseguido borrar la raya roja que separa en otros equipos a los titulares de los suplentes, porque todos pueden formar parta del equipo ante cualquier rival sea cual fuere, lo que ayuda no poco a un grupo compacto, solidario, eficaz que apuesta por la verticalidad o el jogo bonito según vengan dadas.

El Villarreal apuesta según convenga y hasta ahora no le está yendo mal. Catorce partidos seguidos sin perder en Liga no son ningún récord absoluto pero deben ser suficientes ya para que los más recalcitrantes vayan tirando las reservas que les vayan quedando y que les impidan reconocer tanto como el equipo ha venido ofreciendo a lo largo de la temporada. En el último partido en El Madrigal los aficionados presentes en la matinal se atrevieron incluso a hacer la ola chilena y la hicieron como pidiendo perdón a los aficionados que llegaron hasta Vila-real para apoyar al Levante, su equipo, lo que estuvo bien para una afición a la que le cuesta demasiado reconocer los méritos de su equipo y no digamos de cuando una mala tarde, sin acierto o sin suerte, el equipo no responde como se esperaba.

Los rivales también juegan y están en su derecho de dificultar las aspiraciones de los nuestros. De modo que tal y como se está desarrollando la temporada, con presencia en los primeros lugares de la liga española y a punto la disputa de la eliminatoria de los octavos de final de la Liga Europa, estaría bien una respuesta ad hoc de los aficionados que dan soporte al submarino.

El Villarreal solo es lo que es en el concierto del fútbol español y europeo; pero me pregunto lo que darían algunos, muchos, de los equipos españoles por disponer de la estructura de este club, modesto, sí, pero orgulloso de sí mismo, de su trayectoria y por qué no, de su futuro y a la espera de que llegue un título importante que haga justicia a una trayectoria ejemplar.