Què vos passa, què vos passa, què vos passa valencians?» Así dicta la letra de una de las canciones más conocidas del gran cantautor valenciano Paco Muñoz. Una letra que seguro de algún modo, y salvando la distancia y el contexto, pudo haber hecho suya Marcelino García el pasado sábado en relación a una parte del público del Madrigal. Decir «pudo haber hecho suya» es claramente una manera de hablar, porque imagino que Marcelino, como asturiano que es, no conocerá esta canción, sin embargo, estoy seguro de que compartió por unos instantes con Paco Muñoz esa sensación de incomprensión, rabia y frustración ante una situación ilógica. ¿Cómo es posible que el fútbol tenga tan poca memoria? ¿Cómo es posible que no sepamos valorar lo que tenemos, lo que nos dan, de donde venimos y a donde podemos llegar?

Es triste, pero en parte es así. Durante la retransmisión que realizamos del partido en Carrusel Deportivo, se destacaron los pitos que una parte del Madrigal entonó ante los errores y las imprecisiones que cometía y mostraba su equipo. La reacción del director de Carrusel, Jesús Gallego, describe a la perfección la incredulidad de Marcelino: «¿El público del Madrigal está pitando a Bruno Soriano?¿A su capitán? ¿Cómo es posible?».

Es cierto que el Villarreal no firmó ni mucho menos el mejor partido de la temporada, no lo vamos a esconder, principalmente en ataque, y en ese sentido puedo llegar a comprender y a compartir la impotencia, rabia y desesperación que cualquier aficionado enamorado de estos colores puede sentir y más cuando Soldado y Bakambu fallan dos ocasiones muy claras de gol cada uno, pero de ahí a olvidarse de la situación real del equipo y a recriminar el trabajo de unos jugadores que están situando al submarino por encima de sus posibilidades va un trecho muy grande. ¡¡Señores/as que este equipo hasta el sábado llevaba 14 partidos sin perder y 6 sin encajar un solo tanto!! ¡¡Que este equipo está cuarto en la Liga, en puestos de Champions League!!

A veces creo que olvidamos demasiado pronto que sólo hace tres años este equipo estaba en Segunda División y tendemos a vernos entonando el himno de la Liga de Campeones como antaño, incluso lanzando el penalti que Riquelme falló en las semifinales ante Lehmann. ¿No corremos mucho? Yo creo que sí.

Paremos. Pensemos un poco. Reflexionemos. Maduremos y aprendamos de los errores. Valoremos lo que tenemos y seamos más consecuentes con nuestras reacciones. Disfrutemos, animemos, apoyemos y rememos en la misma dirección. Ya habrá tiempo al final del partido para quejas o protestas si fueran menester.