El presidente de la Junta de Festes de Castelló, Juanvi Bellido, remodelará en 15 días la composición de su equipo con el objetivo de atajar la división interna. No descarta destituciones, pero su idea inicial pasa por cambiar las funciones en algunos vocales. Bellido pretende de esta forma poner fin a las divergencias, aunque hay un sector, formado por una decena de personas, que abiertamente exige la destitución de otros compañeros.
Bellido mantiene desde el martes reuniones individualizadas con los 21 integrantes de su junta tras producirse las dimisiones de Nelo Melchor y Lidia López. Se da un plazo de dos semanas para impulsar una revisión interna y ocupar los dos puestos que han quedado vacantes, según manifestó a este diario. Confía en que en este periodo queden solventados los problemas.
Sin embargo, fácil no lo tendrá, ya que las diferencias en la junta son importantes e, incluso, el sector crítico señala a Bellido como el máximo responsable de la crisis por no haber actuado a tiempo contra otros vocales. El presidente estima que tiene el apoyo de la mayoría de su equipo, pero desde el bando opositor aseguran que al menos suman a nueve de los 21 integrantes de la junta.
Este sector se muestra muy beligerante con el entorno de Bellido y censura la «indiferencia» del presidente ante las «desautorizaciones» y «desaires» que asegura que se han producido por parte de algunos miembros. La dimisionaria Lidia López denunció en su carta de dimisión «la desautorización por parte de integrantes de la junta», «la falta de respaldo de la presidencia» y el «afán de protagonismo» de estos mismos.
Bellido admite que hay vocales que han trabajado por debajo de sus posibilidades y ha trasladado a varios integrantes con los que se ha reunido la posibilidad de destituciones, pero desde el sector crítico sostienen que en estos encuentros ha transmitido mensajes contradictorios y ha ofrecido nombres diferentes. No se fían, afirman, de sus explicaciones, y reclaman mano dura con las personas que señalan que se han dedicado «a figurar» y que han desacreditado a otros vocales.
En declaraciones a este diario, Bellido eludió referirse al contenido de estas reuniones y expresó que su intención pasa más por modificar los roles actuales de la junta que por forzar la marcha de colaboradores.
El presidente ha optado por una actitud salomónica y se afana en contentar a todo el mundo, pero este comportamiento no convence al conjunto de su junta.
Hay nueve vocales que amenazan con dimitir en un futuro si no se lleva a cabo una renovación sustancial en la dirección, pero de momento optan por continuar para propiciar la renovación que creen que necesita la Junta de Festes.
Por su parte, el Ayuntamiento de Castelló está al margen de momento del conflicto interno, pero podría intervenir si las divergencias llegan a un nivel insostenible. No se valora un relevo en la presidencia, ya que es un cargo electo y comportaría una nueva asamblea electoral cuando la última se celebró hace cinco meses.
