El Edifici Cultural Leopoldo Peñarroja acogió ayer por la tarde la celebración del acto de presentación de la que ya es la nueva reina de las fiestas patronales de Sant Vicent Ferrer, Elena Guzmán Segarra, que recibió el relevo de una emocionada Miriam Diago tras concluir todo un año de representación tanto de su barrio, como de su ciudad, una experiencia que empieza a vivir su sucesora.

Elena Guzmán estuvo acompañada muy de cerca por las cuatro integrantes de su corte de honor, Andrea Marí, Irene Giménez, María Cortés y Victoria Gómez, así como los miembros de la comisión de fiestas, con Javier Moreno a la cabeza, que no descuidaron ningún detalle para conseguir que las nuevas representantes de las fiestas sintieran la importancia del momento que estaban a punto de protagonizar.

Desde primera hora de la tarde, con la recepción de los numerosos municipios y comisiones festivas que quisieron acompañarles, la ceremonia y el entusiasmo propio de este tipo de eventos acompañó a los organizadores desde la plaza del Centro, frente al ayuntamiento, hasta el Auditori, donde cientos de personas fueron testigos directos de cada uno de los pasos que dan forma a la proclamación de la máxima representante del mundo festivo local, junto a la reina de las patronales de la Sagrada Familia.

Para un momento de esta importancia, personal y colectiva, la comisión quito contar con la participación de Silvestre Segarra Segarra, empresario local y un referente a nivel internacional por ostentar el cargo de vicepresidente de Porcelanosa, aunque en esta ocasión el mantenedor hizo ostentación de su respeto y respeto por todo lo que tiene que ver con las fiestas de Sant Vicent en la Vall d'Uixó.

De hecho, en su discurso exaltó las virtudes del patrón, así como la personalidad de la nueva reina de las fiestas y las jóvenes que le acompañan en su corte de honor. Para empezar recitó una oración a Sant Vicent del poeta local Leopoldo Peñarroja padre. En la misma línea, a Elena Guzmán y sus acompañantes les pidió que: «guarden como un tesoro las fiestas, que trasmitan la tradición cristiana y la devoción por Sant Vicent».

Porque Silvestre Segarra entiende que: «no hay que avergonzarse de nuestras tradiciones y de todo lo que nos identifica». Precisamente por ello el orador reservó una parte de su intervención para realizar una cuidada defensa de los bous al carrer. Entre otras cosas recurrió a anécdotas y recuerdos de su infancia «cuando de pequeño iba a ver los toros de Sant Vicent». Su defensa la realizó desde una perspectiva positiva, sin hacer mención a quienes pretenden eliminarla o ponen obstáculos a su celebración. Silvestre Segarra solo habló «del amor que sentimos los aficionados por los toros, no nos gusta que sufran, sino verlos correr por nuestras calles y ver como los tientan nuestros jóvenes, en una lucha igualitaria».

El mantenedor completó su intervención con una exaltación de la primavera.