Las trece comisiones falleras recorrieron las principales arterias de la ciudad en una vistosa comitiva que culminó con la ofrenda de los diferentes ramos de coloridos claveles que año tras año se convierten en el tributo de las familias falleras a la patrona. La Virgen presidió el punto neurálgico que se abrió a la sociedad benicarlanda, y a turistas y visitantes, en el que se convirtió la plaza de gran abertura entre al ayuntamiento de la localidad y la iglesia, de la plaza San Bartolomé, escenario que recibió el tributo floral y que contribuyó a conformar el tradicional manto de la patrona de Benicarló.

El recorrido se efectuó desde el punto de partida marcado por la plaza Constitución, continuando por la avenida Pio XII, la Calle Mayor para finalizar en la ya citada plaza San Bartolomé.

El acto duró una tres horas,que es el tiempo que necesitan las diferentes comisiones para «vestir» a la Virgen. Los falleros hicieron entrega de sus ramos que fueron conformaron el conjunto plástico y estético que culmina con la composición total floral. Los encargados de «vestir» el manto fueron Juan Bosch, Juan José Bosch y Javi Juan, todos miembros de la misma familia. Asimismo, los últimos claveles fueron entregados por las representantes de Casa Andalucía, Centro Aragones, por varias reinas de las fiestas patronales y por las Falleras Mayores de la localidad.

Ayer al mediodía tuvo lugar también la segunda de las grandes mascletàs de la localidad. La siguiente cita con una gran mascletà se reserva ya para el día de San José, que siempre precede la despidida nocturna del fuego i la cremà.

La localidad también contó con la presencia de moteros que se convirtieron en parte del paisaje de las fallas y que con sus desfiles a motor complementan cada años las fiestas.