Soltar adrenalina, disfrutar de la música y pasar un buen rato entre vecinos y amigos fue lo que llevó a un grupo de vecinos la Asociación Raval Universitari de Castelló en 2013 a fundar el grupo Ravatukem Batuka. Tres años después de la constitución sus tambores ya se han convertido en incondicionales de los principales eventos de la ciudad. Carreras populares, desfiles de fiestas y otras celebraciones multitudinarias, Ravatuken Batuka ha llenado de música las calles de Castelló y provincia.
La aventura la iniciaron 5 miembros de la Asociación de Vecinos Raval Universitari, que, dentro del marco de actividades de la organización, plantearon la posibilidad de crear un grupo de batuka, lo que los permitiría reunirse cada semana y disfrutar de una tarde de ocio entre vecinos y amigos. En un comienzo, quizás debido a la novedad y al desconocimiento de la iniciativa, la propuesta no interesó en exceso a los miembros de la asociación. Pero el empeño de los impulsores, que confiaban plenamente en la iniciativa, llevó a que finalmente, según relata Christian Capdevila Fabregat, cabeza visible del proyecto, en una comida de la asociación se hiciera una representación de batuka que terminó por convencer al sector más crítico.
En apenas tres años Ravatukem Batuka ha pasado de estar integrado por 5 miembros a ser ahora un grupo de hasta 20 personas y según comenta Capdevila con vocación de crecer todavía más en el futuro, a medida que aumenta también la visibilidad de este grupo en los diferentes eventos en la ciudad.
Cada jueves, sobre las 19 de la tarde, y hasta cerca de as 21 horas, los miembros de Ravatukem Batuka se reunen en el parque junto al paseo de la Universidad, que precisamente conecta el centro educativo con la ciudad, para ensayar, desfogarse de la semana zumbando los instrumentos y disfrutar de la tarde entre amigos.
En estos ensayos, junto a los miembros del grupo, participa un profesional de batuka que semana tras semana les muestra los secretos de este arte.
Ninguno de los 20 integrantes de Ravatukem Batuka se dedican a la música de forma profesional, de hecho, muchos de ellos no practican otros instrumentos, pero no les ha impedido que, tras asistir a las clases y ensayos semanales, y con un gran afán de mejora, se hayan convertido en grandes percusionistas.
La edad no es un inconveniente para formar parte del grupo, y es que aunque la media de edad de los integrantes del grupo es baja, el mayor ronda los 40 años, siendo el más joven de 17, cualquier persona puede participar.
Además, está abierto a cualquier vecino de la ciudad que esté interesado en la música, independientemente que sea o no vecino del Raval Universitari. Para formar parte los interesados simplemente deben abonar la cuota de socio de este barrio, 10 euros al año, y otros 15 euros en concepto de la docencia semanal de batuka.
Un sencillo proceso con el que la fiesta está siempre garantizada.
