Vila-real fue ayer el centro neurálgico de toda actividad para los feligreses de la Diócesis Segorbe-Castelló, ya que la localidad de la Plana Baixa fue este año eligida para acoger la XXV edición de la Procesión Diocesana de Cofradías y Hermandades.

Los fieles tuvieron la oportunidad única de contemplar la imagen del Cristo del Hospital. Una figura que raras veces abandona su puesto de honor en la iglesia pero que para celebrar este encuentro fue sacada en procesión. El Cristo del Hospital es obra de Pascual Amorós y desde que se realizó, en 1732, sólo ha salido a la calle en procesión diez veces contando la de ayer por la tarde. Esto es debido a que cuando esa figura sale en procesión no lo hace la original de Amorós, sino que se utiliza otra talla más pequeña y posterior.

Los cientos de cofrades recorrieron el municipio en un desfile que comenzó en la Capilla del Cristo y que pasó por la iglesia Arciprestal de San Jaime. Asimismo, fue la Arciprestal el lugar elegido por el Obispo de la Diócesis Segorbe-Castelló, Casimiro López, para recitar unas palabras a todos los asistentes preparadas expresamente para la ocasión.

La figura del Cristo del Hospital podrá visitarse en la propia Arciprestal de San Jaime hasta el próximo día 18 de este mes con motivo de las celebraciones del Año de la Misericordia. Todo aquel que quiera descubrir esta talla del siglo XVIII y ganar la indulgencia plenaria debe saber que la iglesia estará abierta todos los días hasta la fecha citada.

En cuanto a los asistentes, cabe señalar que la Procesión Diocesana estuvo presidida por Monseñor Casimiro López y que las más de 50 hermandades y cofradías que recorrieron Vila-real llegaron de diferentes puntos de la provincia como Betxí, Borriol, Burriana, Castellón, Xilxes, Nules, Onda, Segorbe, la Vall d'Uixó, Vilavella, Viver, l'Alcora, Alfondeguilla, Almassora, les Alqueries, Altura, Benicàssim y Vila-real.