Un estudio en el que participa la Universitat Jaume I de Castelló refleja cómo la percepción de la mínima posibilidad de alcanzar el éxito lleva a pensar que la sociedad es más justa. La investigación analiza por primera vez las reacciones de las personas frente a distintos niveles de redistribución de las oportunidades iniciales. El estudio ha sido elaborado por un grupo de investigadores de la UJI y de las universidades de Warwick (Reino Unido) y Nueva Delhi (India), y ha sido publicado recientemente en la revista científica Experimental Economics.

El trabajo es el primero en elaborar un mapa de las preferencias de la gente frente a distintos niveles de desigualdad de las oportunidades iniciales y, para ello, los investigadores han utilizado un juego de redistribución experimental denominado Ultimatum Game. En este juego participan dos personas con roles diferenciados: 'proponente' y 'receptor'. El proponente posee una suma de dinero y debe proponer al receptor cómo se divide esa cantidad entre los dos.

El receptor puede aceptar la forma de distribución propuesta por el proponente y quedarse con la parte de dinero que se le ha propuesto, o bien rechazar la oferta. En este último caso ambos jugadores se quedan a cero, sin recibir ninguna parte del dinero. Es claro que la posición inicial de proponente es la más ventajosa en el Ultimatum Game y, de hecho, normalmente los proponentes ganan más dinero que los receptores.

Durante el estudio experimental los investigadores han manipulado, a lo largo de varias sesiones, la equidad de los procedimientos que asignan el papel inicial de proponente o receptor, a través de un sorteo que puede asignar las mismas probabilidades, o bien probabilidades diferentes, de obtener la posición inicial de proponente que es, como se ha señalado, la más ventajosa.

Objetivos

El objetivo fue analizar cómo reaccionan las personas al caso extremo de completa desigualdad, donde una persona no tiene ninguna oportunidad y la otra tiene todas, frente a la situación de dar una oportunidad mínima a la persona desaventajada. En este último caso, la persona desaventajada tiene un 1 por ciento de probabilidad de ganar y la otra tiene el 99 por ciento.

Según detalla el investigador de la UJI Gianluca Grimalda, el estudio ha revelado que las personas atribuyen muchísima importancia al hecho de tener una probabilidad mínima de alcanzar la posición inicial ventajosa, del 1 por ciento en algunos casos, respecto a no tener ninguna probabilidad. Para los investigadores, ello confirma el papel "fundamental» de la percepción de ser incluido en la sociedad, aunque esta inclusión sea puramente simbólica.

Las dos caras

Tal como ha explicado Grimalda, «el hecho de que la gente considere tan importante tener una oportunidad mínima puede ser al mismo tiempo algo muy positivo y algo muy negativo». Por un lado, -ha explicado- quiere decir que «si la gente percibe que tiene oportunidades de tener éxito en su vida, aunque sean mínimas, su nivel de satisfacción con la sociedad mejorará muchísimo». Por otro lado, el aspecto negativo es que «esto podría ser utilizado por un gobierno oportunista para justificar la no inversión en la igualdad de oportunidades, al considerar que es suficiente que todos sientan que tienen una oportunidad mínima. Esto es claramente paradójico y no es algo deseable», ha añadido.