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Opinión | Las cuarenta

La peaña

Ahora que se acerca la Semana Santa es fácil, qué digo, una tradición incluso, ver en la iglesia a quienes no somos habituales, y no pocos desvergonzados participando del folclore y el tipismo

Ahora que se acerca la Semana Santa es fácil, qué digo, una tradición incluso, ver en la iglesia a quienes no somos habituales, y no pocos desvergonzados participando del folclore y el tipismo. Es lógico que el obispo se moleste, porque no son auténticos devotos, son oportunistas que le roban el protagonismo. Ya se sabe, llegan los últimos a la procesión y quieren llevar la peaña, reniegan de su fe todo el año y acaban posando para salir en las fotos llorando. País.

Barrunto si, imbuidos de ese espíritu tan cristiano, surgen desde los lugares más recónditos los apoyos y hasta alguna inmodesta patrimonialización ante la demoledora pericial contable que cifra en 5,3 millones el expolio de que ha sido objeto el CD Castellón, con calificativos extremadamente duros, señalando la trama y desmontando cuantas excusas han ofrecido García Osuna, Blasco, Laparra y sus secuaces, para incidir en el perjuicio de un descenso administrativo mientras éstos se repartían el dinero del traspaso de Ulloa.

Huelga decir que el documento no representa sentencia alguna, pero corrobora cuantas sospechas venía a denunciar Sentimiento Albinegro, que aún insiste en que la cifra esquilmada podría engordarse de investigar las cuentas de la Fundación que vicepresidía el senador del PP Manuel Altava y cuyo secretario era el maquiavélico Jesús Jiménez.

La demanda fue ignorada en su día por la Federación y supuso, amén de no pocos gastos económicos, un rosario de disgustos personales para ese grupo de accionistas minoritarios decididos a cubrir ese agujero insondable en que devino la petición de responsabilidades por parte de las administraciones, mayormente ayuntamiento y diputación, y sobre todo los medios de comunicación que no supimos estar a la altura más allá de quién fue el primero en desmarcarse de aquella banda, que también en eso hay mil versiones pese a la contundencia de la hemeroteca y la fonoteca.

Insultos, campañas de desprestigio y no pocas presiones contra los miembros de Sentimiento se maquillaron luego con una ridícula asunción de la denuncia, porque durante los interrogatorios realizados a los supuestos culpables,nunca se dejó traslucir postura inquisitoria alguna por parte de los abogados del club ni de las instituciones. Alguien deslizó que por orden superior, no sé yo si traicioneramente o en un alarde de sinceridad.

Y no te digo nada sobre aquellos ¿albinegros? que cuestionaban los intereses de la demanda y que encontraban eco entre los mismos ¿periodistas? que, por contra, vetaban a Sentimiento. Unidad, vienen a reclamar ahora quienes siempre miraron a otro lado y despreciaban esa necesidad con la que hemos convivido en una espiral cainita sin lógica pero con patrocinio.

Dicen desde el club que toda la información analizada es suya. Y tanto, como que estamos hablando del Castellón todo el rato. Otra cosa es si no esconden más de lo que ofrecieron. Y anuncian ufanos su idea de ampliar la demanda, una exigencia que esta nada humilde sección viene reivindicando desde el primer día. La pregunta es por qué no lo han hecho en todo este tiempo.

De igual manera, el ayuntamiento y la diputación que tanto dinero regalaron a espuertas a los supuestos expoliadores, y les reforzaron con políticos en el palco y en el consejo, se erigen hoy en garantes de no se sabe bien qué antes de quedarse sin reconocimiento. Y la pregunta, otra vez, es por qué no intervinieron nunca sus abogados.

Por eso me revienta mucho que todos quieran arrogarse el mérito en este éxito que, insisto, sólo es de Sentimiento Albinegro, y tampoco lo será mientras no se pronuncie la jueza. O lo que es peor, poniendo en cuestión que al final sirva para nada esa sentencia, confundiendo tal vez deseo y realidad. En esas estamos, zarandeando la peaña para ver quién la levanta. Todo sea que se nos rompa a mitad del vía crucis.

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