Los usuarios de ambos la residencia El Collet y la del centro ocupacional IVAS se convertían ayer en los protagonistas de la fiesta fallera de Benicarló, con los monumentos en la zona ajardinada señoreando el espacio y las sonrisas de los usuarios, quienes han participado mayoritariamente en la confección y elaboración de unas fallas que año tras año se transforman en una cita muy especial, tanto para las falleras mayores y su corte de honor, como para el resto de autoridades.

En la residencia El Collet, la falla hacía alusión al lema «La selva del Collet», y se ha elaborado simbolizando las plantas autóctonas, creando un microclima, como explicó el director del centro, Jordi Llorach, y una fauna singular. La foto de familia en la residencia El Collet se realizó con todas las falleras asistentes al acto, al que también asistió la alcaldesa Xaro Miralles, la edil del OACSE, Filo Agut, y el edil de Fiestas, Ilde Año, y otros miembros de la corporación municipal. La falla ardió entre las muestras de alegría compartida.

Instantes después, la comitiva cruzó la corta distancia que separa ambos centros para dirigirse al centro ocupacional, cuyo monumento estaba emplazado en la parte frontal del edificio. Las críticas de este año se han centrado en temas locales y también estatales, también con alusión a secuencias políticas. Respecto a temas locales, el campanario volvía a convertirse en el protagonista de las risas y comentarios. La visita de las Falleras mayores de Benicarló y su corte de honor a la que acompañaron como en el caso anterior el presidente de la JLF y otros miembros del mundo fallero, contó con la presencia de alcaldes de ciudades vecinas, como la alcaldesa de Càlig, Ernestina Borràs, el alcalde de Vinaròs, Enric Pla, el alcalde de Peñíscola, Andrés Martínez o el alcalde de Cervera, Adolf Sanmartín.

Un proyecto ilusionante

El director del centro, Juanma Torres, destacó poco antes de que se diera inicio a la conocida frase «senyor pirotècnic, pot començar la mascletà», la ilusión con la que participan los usuarios del centro del objetivo común e integrador en el que se convierte cada año levantar el monumento fallero. Hay que planificar, pensar en motivos y confeccionar los motivos que forman parte de la falla, todos reciclados, además de madera y cartón. La participación, sea cual sea la capacidad el usuario, está asegurada. De hecho en el IVAS llevan muchos años manteniendo lo que se ha convertido en una tradición cuando llega estas fechas. Torres también remarcó que las falleras suelen comentar que el acto más emotivo «con diferencia» en el que participan a lo largo de toda la programación es la visita a la «cremà» de la falla del centro ocupacional.

Tras 28 años, otros centros de la localidad, especialmente centros educativos, también tienen su falla y disfrutan de su particular cremà, «pero haber sido los primeros siempre queda, nosotros año tras año continuamos con nuestro compromiso de quemar una falla, y además con motivos muy actuales», añadió Torres.

Por su parte, desde Pirotécnica Tomás, afirmaron que de todas las fallas de Benicarló, las de la residencia y el centro ocupacional eran las que aportaban más carga sentimental, las que generaban un mayor sentimiento a la hora de pensar en el método pirotécnico necesario para su cremà.

Así, desde Pirotecnia Tomás, que este año han triunfado con una original mascletà en Valencia, afirmaron que la implicación era del 100% con ambos centros, y que, además, los petardos elaborados por los usuarios del centro ocupacional tienen un plus de cariño, por lo que finalmente explotan y suenan mejor. Lo que sí quedaba claro poco después es que ellos aportan una gran dosis de calidez humana a todo aquello que hacen. La falla ardió con gran entusiasmo y fue del agrado de todos los presentes.