El Ayuntamiento de Almassora ha celebrado la decisión de la Generalitat Valenciana de devolver al colegio Santa Quitèria la línea única para cada curso en lugar de la mixta con alumnos de 3 y 4 años que impuso el ejecutivo valenciano durante la última legislatura del Partido Popular y que movilizó a la comunidad educativa. De esta forma, el centro, que funciona íntegramente en aulas prefabricadas desde 2010, contará con los tres cursos de Infantil y cuatro de Primaria.

La concejala de Educación de Almassora, María José Tormo, celebró ayer la noticia que pondrá fin a las movilizaciones emprendidas por la AMPA del Santa Quitèria en 2014 para impedir la pérdida de una línea educativa impuesta por la Conselleria de Educación durante el Gobierno valenciano del PP. Tormo recordó que el Ayuntamiento de Almassora presentó un recurso contra el departamento autonómico ante el Tribunal Superior de Justicia pero lo retiró medio año después. «Devolver la línea es devolver la dignidad y apostar claramente por la continuidad del colegio», insistió la edil.

La presidenta de la AMPA del colegio Santa Quitèria, Carmina Font, manifestó «la enorme alegría de las familias y de los maestros al conocer que se nos devuelve un derecho que abre la puerta a que más padres quieran matricular a sus hijos en nuestro colegio el próximo año». «Hay muchas familias del barrio reticentes a que los niños estudien en aulas mixtas y que ahora tienen aseguradas las clases para alumnos de un mismo curso, por lo que esperamos llenar la clase», consideró.

Obras

Además, el consistorio de Almassora inició los trámites a finales del mes de enero para ceder los terrenos donde se construirá el futuro colegio coincidiendo con el anuncio del Consell de incluir el centro entre las obras educativas de esta legislatura.

Según la previsión de la Generalitat Valenciana, las obras del centro educativo arrancarán el próximo año 2017, tras siete años de actividad en aulas prefabricadas. El colegio Santa Quitèria se construirá en una pastilla de suelo a la espalda del edificio de Servicios Sociales de Almassora, junto a la avenida José Ortiz, que tiene una superficie total de 9.848,05 metros cuadrados calificados como dotacional docente.

El plan educativo del Consell también pasa por llevar a cabo otras acciones en Almassora, como la rehabilitación integral del centro Embajador Beltrán durante el primer semestre de 2018, así como eliminar las aulas prefabricadas del instituto Álvaro Falomir. No obstante, la prioridad del equipo de gobierno pasa por ejecutar las obras del colegio Regina Violant en cuanto la Generalitat Valenciana complete los trámites administrativos.

En este sentido, ahora se cumple un mes justo desde que debían haber comenzado las obras de construcción del nuevo centro Regina Violant, que continúan diez cursos después impartiendo sus clases en barracones. Después de los anuncios de la firma con la empresa constructora, el trámite de firmar también la dirección de obra se ha alargado más de lo esperado. Desde el ayuntamiento anuncian que esta misma semana habrá novedades al respecto, pese a que desde el AMPA del colegio, su presidente, Jose Molina, se ha mostrado algo contrariado por el nuevo retraso: «creíamos que la firma de la dirección de obra no podía demorarse durante un mes, y ya dijimos que no íbamos a permitir más retrasos en la construcción del centro después de once años. Esperemos que esta misma semana se pueda resolver la situación».