Caos en las inmediaciones del feudo amarillo horas antes de comenzar el encuentro. Coger el coche fue una de las peores decisiones y, en más de una ocasión, los policías locales se vieron desbordados por la gran cantidad de vehículos que querían aparcar cerca del estadio o en los aparcamientos del Villarreal.

Desde bien temprano se notaba que no era cualquier equipo el que ayer visitaba al Villarreal ya que en las inmediaciones del estadio se agrupaban los seguidores locales, pero también los del Barcelona, bien custodiados por las fuerzas de seguridad.

El Madrigal presentó la mejor entrada de la temporada, colgando el cartel de «no hay entradas» y con multitudinaria presencia visitante en la llamada jaula. Ambiente festivo en la grada con camisetas, bufandas y globos de color amarillo y alguna que otra camiseta blaugrana que se colaba entre la multitud amarilla.

Antes de comenzar el encuentro se guardó un respetuoso minuto de silencio por las víctimas del accidente de autobús en Tarragona y por la madre del entrenador de porteros del primer equipo, Jesús Unanua, fallecida recientemente. Los futbolistas lucieron también brazaletes negros.

Como viene sucediendo a lo largo de toda la temporada, los aficionados más jóvenes fueron protagonistas en la foto oficial del equipo ya que una decena de ellos posó con los futbolistas del primer equipo.

En el palco también numerosas personalidades. Fernando Roig y su hijo, José Manuel Llaneza, Marcos Senna? pero también el director deportivo del Barcelona, el exfutbolista de Betxí Robert Fernández y, sobre todo, un invitado de honor: Juan Román Riquelme. El exfutbolista del conjunto amarillo y el blaugrana no se quiso perder el enfrentamiento entre el líder y el cuarto clasificado de la Liga.

La admiración de la afición villarrealense por Riquelme perdurará en el tiempo y así no es de extrañar que se pudiera ver alguna pancarta en la grada de El Madrigal en la que se leía «Eterno Román 8».

El susto en la grada lo puso una mujer a la que golpeó un balón en un lance del partido y tuvo que ser atendida por los servicios médicos. La joven, que iba a acompañada por su familia, estaba sentada justo en la primera fila detrás de la portería de Asenjo y recibió el rebote de un fuerte lanzamiento de Messi que se marchó por encima de la portería amarilla.