La semana de Fallas supuso un pequeño descanso para los usuarios del servicio de cercanías, que desde agosto se ha visto mermado por las obras del tercer carril. La línea de Valencia-Castelló recuperó trayectos durante las fiestas de la capital del Turia, pero a partir del 29 de marzo regresan los recortes en el servicio. Renfe programa a partir de dicho día 23 trenes de cercanías por sentido frente a los 40 de antes de las obras. Esta reducción se compensará con 10 itinerarios de autobuses lanzadera entre València Nord y Castelló, con paradas intermedias en las estaciones de València Cabanyal y Sagunt.

El objetivo, según Renfe, es «reforzar todas las franjas a lo largo del día, lo que permitirá disponer en hora punta de una frecuencia de servicio similar a la que existía antes de las obras». Los cercanías discurrirán en doble composición, con más de 1.000 plazas, mientras los trayectos en bus contarán con dos vehículos con un total de 120 plazas. Los usuarios que prefieran utilizar el tren contarán con una frecuencia de paso del mismo de una hora. Baja a la media si se tiene en cuenta también el autobús. Asimismo, los tiempos de viaje de un cercanía han pasado de la hora hasta la hora y media por las obras.

El Ministerio de Fomento asegura que la ejecución finalizará en agosto, pero los plazos anunciados anteriormente se incumplieron.

La sección sindical de CC OO en Adif-Renfe Operadora criticó «el caos» del cercanías Valencia-Castelló debido a las obras del tercer carril, y exigió al Gobierno central una mayor inversión.

El sindicato responsabilizó al anterior Consell del proyecto del tercer raíl. Sostuvo que presentó al Ministerio de Fomento un plan alternativo al proyecto original del corredor mediterráneo, con el que «embaucó a la ministra Ana Pastor y la vinculó al experimento del tercer hilo». De aquella decisión «más política que técnica», afirma el sindicato, deriva «el caótico escenario» que viven los usuarios.

Las mismas fuentes indicaron que, en enero de 2015, la C-6 tuvo 320.595 usuarios, frente a los 240.762 de enero de 2016, es decir, una reducción del 25 %. Según el sindicato, la instalación del tercer hilo ha reducido de 80 a 38 el número de trenes diarios después «de que se descartara un corte temporal de la línea para acelerar los trabajos, ante la presión» de las industrias siderometalúrgica y automovilística».

Para CC OO, «el tercer hilo no va a elevar la capacidad máxima de la línea o el número de trenes que puede pasar cada hora por tramo de vía».