Son muchos los recursos naturales e históricos que atesora la provincia de Castelló, que además ofrece la dualidad del sol y playa y del turismo de interior rural. Pero hasta ahora no ha sabido dar con la tecla que la convierta en uno de los destinos principales de España. En el informe del INE Castelló no aparece en los puntos turísticos punteros y se encuentra todavía muy por detrás de Alicante y Valencia. El crecimiento del turismo en Castelló, según los representantes económicos, se encuentra en una fase prematura. A diferencia de Valencia y Alicante, que arrastran a sus espaldas décadas de promoción, en Castelló sólo ha dado el salto alguna localidad puntual, como pueden ser Peñíscola, Alcossebre (Alcalà de Xivert), Benicàssim, Orpesa del mar o Morella.

En los años del «boom» urbanístico, algunos ayuntamientos optaron por impulsar nuevas zonas residenciales para más turistas, pero esta planificación se demostró insuficiente, según las cifras del INE.

Expertos y administraciones coinciden en la necesidad de promocionar las singularidades de Castelló. La diputación se ha afanado en reforzar diferentes segmentos como la salud, cultura, gastronomía, patrimonio histórico y deporte. Es una oferta que se quiere ligar a la calidad a fin de llamar la atención al turista extranjero.

La patronal turística espera que este objetivo se vea facilitado con la puesta en marcha de nuevas líneas en el recientemente estrenado aeropuerto de Castelló.