La localidad palantina de Altura vivió ayer uno de los días festivos más importantes en su calendario, el de la Fiesta de la Encarnación y el manantial Berro. Se trata de una de las fiestas más esperadas por vecinos y visitantes del municipio cuya celebración este año tuvo que ser retrasada por su coincidencia el pasado 25 de marzo con la festividad de Viernes Santo. Sin embargo, y con el fin de no restar protagonismo a las Fiestas de El Berro, la población alturana decidió retrasar sus celebraciones varios días para que nada colapsara la festividad.

Durante estos festejos, los alturanos conmemoran el hallazgo de este manantial que, la noche del 24 al 25 de marzo del año 1915, y tras cuatro años de búsqueda por parte de los vecinos de la localidad brotó para calmar la sed de Altura tras una época de gran sequía.

Como manda la tradición, alrededor de las 13 horas, más de un millar de vecinos se dirigieron ayer hasta el paraje donde se encuentra el Manantial del Berro y cumplir así con el ritual anual.

La bendición de las aguas y su suelta, que el año pasado cumplió su centenario, se convierte en uno de los actos más significativos de estas fiestas, que se celebran bajo la advocación de la Virgen de la Cueva Santa. La fiesta rememora la noche de 1915 cuando se encontró este manantial tras cavar alrededor de 465 metros de profundidad.

El ritual no es otro que la apertura de la acequia de donde el agua brota con una fuerza enorme en forma de cascada durante unos minutos hasta llegar al río.

En este momento, el párroco bendice sus aguas y los alturanos celebran, un año más, su particular homenaje al manantial del Berro.

En el acto de ayer estuvieron presentes las autoridades locales, así como las camareras de la Virgen que lucieron mantón y teja, tal y como manda la tradición. Este año las representantes de la Virgen han sido Amparo Zarzoso, Fina García, Rosario Villanueva, Pilar Bonanad y Carmen Inés Mañez que presidieron la fiesta y estuvieron acompañadas en todo momento por la banda de música de la localidad.

Tras la bendición de las aguas del Berro, la mascletá dio paso por la tarde a la procesión de la Virgen de la Cueva Santa que sirvió de punto y aparte para la celebración de los festejos taurinos el próximo fin de semana.

Recordar que el lunes los vecinos realizaron su anual homenaje a la Virgen de la Esperanza.